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LOS FENOMENOS
PARAPSICOLOGICOS Iris
Parczady, un célebre caso de
iris-Lucia dos almas en un mismo cuerpo.
¿Cuántos rostros tiene la mente humana?
XENOGLOSIS
La
xenoglosis es la facultad que tienen
determinados sujetos para hablar en idiomas que desconocen absolutamente. La
xenoglosia suele presentarse por lo general,
en sujetos en «trance» o en estados límites del campo
Psiquico.
Comenzaba a respirar,
volviendo a la vida que se le hubiera practicado tratamiento alguno de los
llamados de resurrección, comunes en nuestros días. El espíritu de Iris se
eleva y, antes de que pasen tres minutos, otro espíritu
«anima» su cuerpo. La memoria del espíritu puede venir fragmentada
UN CASO FANTASTICO: ¿IRIS O
LUCIA?
«Xeno» quiere decir extraño
en griego y «glossa», lengua... pero todo esto
era desconocido para Iris Farczady, que era
una adolescente sencilla y común en el verano
de 1933, {echa en que se inicia nuestra
anécdota parapsi-cológica... Un atardecer de
agosto de 1933, en Budapest, a la edad de 16 años moría la joven Iris
Farczady, hija de un ingeniero químico húngaro
llamado Gero Farczady y de una mujer culta,
también húngara, la señora I. Farczady. Este matrimonio, de clase media, de
nivel universitario, y facultades mentales absolutamente normales, vieron
con desesperación cómo su hija adolescente moría ante sus ojos y los de los
médicos, que nada podían hacer para retener la
vida de la niña... y vieron tambien,
atónitos, padres y médicos, cómo comenzaba a respirar, volviendo a la vida
sin que se le hubiera practicado tratamiento alguno de los llamados de
resurrección, comunes en nuestros días
mediante la activación del corazón, realizada por los
facultativos. Pero nada de esto sucedió en el
caso de Iris. A la niña se le había extendido
el certificado de defunción,
cuando, milagrosamente, comenzó a respirar por si
sola... Este hecho ya de por sí es de antología,
pero aquí no termina, sino que comienza la
historia de Iris. Lentamente comenzó a recuperarse en la sala de cuidados
intensivos hasta que la mejoría fue prácticamente total. La chica comenzó a
reaccionar y comenzó a moverse, a mirar... y luego a hablar, pero no hablaba
en húngaro, hablaba en español... Sus padres se asombraron... fue todo un
revuelo en . el centro médico. Iris no había
estudiado español, nadie en su familia hablaba ese idioma y, por otra parte,
no es común oír la lengua castellana en Hun-gria,
lo que no quita que, alguna vez, la chica hubiera escuchado frases sueltas
en español, dichas por algún turista o quizá por algún
profesor de su escuela, pero siempre serían frases sueltas y no una
conversación completa. Iris ya no hablaba húngaro, si bien lo entendía con
cierta dificultad. Se llamó entonces a un intérprete y al Embajador
de España en Hungría, quien fue acompañado por su mujer. Tanto el intérprete
como los Embajadores confirmaron que la chica hablaba en perfecto español,
como una nativa. El castellano parecía ser su lengua madre.
Aliviada al encontrar
comunicación idiomática, Iris dijo con
absoluta naturalidad que era Lucía Altares de Salvo, española, que tenía 40
años y 14 hijos y que acababa de morir en Madrid, España.
Finalmente, se resolvió, de acuerdo con los
psicólogos que estudiaban el caso, consultar con el eminente profesor de
Lenguas de la Universidad de Budapest, Dr.
Pafé, quien confirmó que Iris, que ahora
respondía al nombre de Lucía y a la que había que dirigirse en castellano,
hablaba perfectamente el idioma. Iris, según informe
de sus padres, de sus compañeros de estudios y de sus profesores, no
estudiaba curso alguno de castellano. Se especuló con la idea de que hubiera
aprendido de muy niña el idioma por oírlo en Holanda, a donde
fue una vez de vacaciones y en donde, según
parece, había judíos españoles que lo nablaban,
pero cabe destacar que quizá era el «ladino» y no el castellano. De todos
modos, sólo lo habría oído en edad muy temprana y en contadas ocasiones.
Vesme publica en París por esa época un
trabajo sobre el caso: «Transmigración de alma de un cuerpo a otro», en la
«Revue de
Metapsychique», julio de 1935. El caso Iris
Farczady había revolucionado la Ciencia; todo el mundo en el campo de la
investigación psicológica, parapsicología
y religiosa se interesaba vivamente por este acontecimiento. Iris, que ahora
era Lucía y que sólo hablaba en español, llamó también la atención de los
medios oficiales. Su resurrección, su nueva identidad, obligaban a una seria
investigación. El comisario de policía de Budapest se ocupó del caso y
comprobó que la niña jamás había estado en España. El cónsul de España en
Budapest hizo averiguaciones para comprobar que Iris-Lucia
no era una de las tres niñas desaparecidas por ese entonces en España. Iris
aceptaba su vida de Iris, seguía viviendo con sus padres, sabia
que había sido Iris, que había muerto y
recobrado la vida, pero insistía en que su espíritu se había ido y que, en
su lugar, por causas que no sabía explicar ni
determinar, se alojaba el espíritu de una mujer española llamada Lucía. Las
investigaciones realizadas por el cónsul dieron como resultado que Iris-Lucia
no era ninguna de las niñas desaparecidas. Las policiales confirmaron que
jamás viajó a España y, es más, en España no existía ni había existido nadie
con ese nombre, ni la calle que indicaba Lucía como su anterior residencia.
Los espiritistas explican que en estos casos de reencamación inmediata, la
memoria puede quedar confundida, o bien
utilizar fórmulas simbólicas o simplemente trastocadas o confusas. El
espíritu de Iris se eleva y, antes de que pasen tres minutos, otro espíritu
«anima» su cuerpo. La memoria del espíritu
puede venir fragmentada. Totalmente opuesta a esta teoría
espiritista, es la del doctor Rudolf
Houti, que declaró ante la policía de Budapest
durante la investigación del caso: «Esta niña quizá grabó en su infancia en
la memoria el idioma español que pudo oír en Holanda o quizá en la propia
Hungría, y lo conservó por pantomne-sia
inconsciente, y que afloró a su consciente a los 16 años, debido al grave
trance sufrido». Lo de la muerte y su resurrección quedó sin mayores
explicaciones técnicas, pero los psiquíatras descartaron totalmente la idea
de que se tratara de un caso de transmigración, ya que Iris no «desencamó»,
sino que su espíritu quedó relegado a un segundo término, dando lugar a
salir a la superficie a un fantasma imaginado por ella, debido a algún
mecanismo de defensa. Ella recordaba a Iris,
entendía el húngaro, pero no lo hablaba. Años después, el profesor de
Viena Charles Rothy
define el caso Farczady en una publicación
universitaria francesa como: un asombroso caso de
«xenoglosia». Lógicamente, las investigaciones psicológicas del caso
hicieron que Iris-Lucia,
húngara-española, muerta y resucitada en otra
personalidad o encarnación, fuera sometida a hipnosis en busca de la verdad
de su historia. El Dr.
Dido Kassal es
quien llevó a cabo el experimento y dedujo de él que la chica «tabuló»
su novela y produjo su muerte artificial y su resurrección dentro de otra
personalidad. De esta forma sacaba a Iris de un mundo que aborrecía y no
comprendía, y se aislaba en Lucía. «Nadie me comprendía», decía
la verdadera Iris, explicando los motivos de su fantasía bajo hipnosis. Dr.
Kassal, solamente nos preguntamos cómo Iris pudo alcanzar un dominio
absoluto del idioma español... Es común que en sesiones espiritistas los
asistentes entren en trance y digan largas frases en idiomas que no dominan,
o nunca oyeron. Puede ser que guarden en su memoria frases que alguna vez
oyeron o leyeron. O bien, que sean voces que hayan quedado en el éter y en
ese momento de trance se capten, como una radio capta una emisión sonora,
pero el ca->o de Iris-Lucia
es diferente. ¿Se trató de un talento inconsciente? ¿O simplemente de
pantomnesia? El reverendo padre
jesuita Oscar
Quevedo define este caso como fuera de la clasificación
para-psicológica, ya que piensa que se trata
de un caso característico de psicopato-logia.
En su estupendo libro «El rostro oculto de la mente», el conocido
pa-rapsicólogo, se ocupa ampliamente de este
hecho que tanto interesó e interesa a la ciencia. El caso de Iris no es
único, hay muchos más |
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