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En 1921 con Nosferatu dirigida
por Friedrich W. Muñían
se inicia el cicio de
ios grandes éxitos
cinematográficos que tienen
como profa^onisfas a
los vampiros y a.
Drácuía. Fue «una
de las obras maestras»
del expresionismo
alemán.
EL ORIGEN
DE LAS LEYENDAS EN TORNO A VAMPIROS HUMANOS Y HOMBRES LOBO SE PIERDE EN LA
OSCURIDAD DE LOS TIEMPOS. ELLAS SE REALIMENTARON
EN EUROPA, SOBRE TODO ORIENTAL, DURANTE LOS SIGLOS XVII Y XVIII. EN EL SIGLO
PASADO LA LITERATURA SOBRE ESTOS TEMAS FASCINABA Y ATERRABA A LOS INGLESES.
A PARTIR DE LA DECADA DE LOS VEINTE, EL TEATRO Y EL CINE INCORPORAN A
DRACULA COMO PERSONAJE Y TEMA PERMANENTES. LA
HISTORIA Y LA CIENCIA PUEDEN HACER APORTES PARA DESENTRAÑAR
ELTRASFONDO REAL DE ESTAS LEYENDAS.
NESTOR
J. CAZZANIGA
El
ruido del viento en la noche, el aullido del
lobo, la sombra de un murciélago contra la ventana,
son algunas de las imágenes que usa el cine para aterrar al mejor plantado.
Los vampiros iniciaron tempranamente su ciclo de grandes éxitos
cinematográficos, con la pelicula Nosferatu de
Friedrich Murnau
(1921). El actor
y productor inglés Hamilton
Deane recorrió los teatros de toda Inglaterra
en 1926 y 1927 con su adaptación de la novela
Drácula. de
Bram Stoker. El éxito logrado lo indujo
a proyectar un estreno en Estados Unidos, pero
su vampiro principal, el londinense
Raymond Huntley,
le pidió un salario tan abultado que no pudo renovarle el contrato. De apuro
salió a buscar a un nuevo Drácula y lo
encontró en Bela
Lugosi. un actor húngaro exiliado, de 47 años, que en su tierra natal
habia debutado haciendo de Jesucristo. No era
un actor brillante, pero al menos estaba dentro del presupuesto.
La obra se estrenó en Broadway en octubre de
1927 y marcó un estilo que se repitió después en muchas otras producciones.
La primera pelicula sonora del danés Cari
Dreyer fae
Vumpyro La extraña
aventura de David Grey( 1932), que no tuvo gran repercusión. El
celuloide tuvo muchos vampiros y hombres lobo famosos,
como John Carradine
(La casa de Drácufa,
1945), Lon
Chaney Jr..
Christopher Lee.
Jack Palance, entre otros, en obras de
terror que a la distancia pueden parecer burdas y hasta cómicas. En la Danza
de tos vampiros de Román
Polanski (1967), la deliberada jocosidad le da
un aire nuevo al tema. En 1981, Elhombre
¡obo americano ganó un Oscar de la
Academia de Hollywood. El nombre de Drácula
reapareció una vez más en la reciente y exitosa
comediamusical argentina de Pepe Cibrián y
en una nueva pelicula del norteamericano Francis
Ford Coppola, lo
que refleja que el tema de los vampiros, popularizado por la literatura
inglesa de la época victoriana, sigue
suscitando un interés permanente. Ahora los espectáculos son cada vez más
impresionantes, por los efectos especiales de la técnica actual. Aunque todo
el tema de los vampiros y los hombres lobo suene a cuento, no sólo los
expertos en demonologia se ocupan en estudiar
a estos monstruos. Con el correr de los siglos, las leyendas populares
fueron abonadas por la imaginación y el miedo, en los caminos y alrededor
del fuego de las posadas, pero aun asi alguna base real tienen y la ciencia
puede desentrañarla. La investigación médica y
bioqu ¡mica de un grupo de enfermedades de origen genético las
porfirias ha dado resultados que explicarían,
aunque sea en parte, el origen de estos mitos. Los lobos y los murciélagos
son aliados tradicionales del conde Drácula y los de su calaña. La
interpretación supersticiosa de los síntomas
de esas enfermedades se imbricó con las advertencias de los predicadores
medievales acerca de las brujas y de todo un mundo de seres demoniacos, y
por otro lado. con los conocimientos zoológicos superficiales que aportaba
la Historia Natural de siglos pasados. De esa unión nació una compleja trama
de mitos que, por cierto, aún cuenta con
aceptación popular. Puede ser de interés, por lo tanto, tratar de estudiar
la historia de estas leyendas, que se renuevan permanentemente. Esta nota
presenta algunos datos interesantes sobre el lobo. la historia verdadera del
vampiro o murciélago mordedor de América y un
análisis de la posible explicación médica de la leyenda de los vampiros
humanos y los hombres lobo.
Bram
Stoker, funcionarío irlandés.
publicó su nove/a Drácula en 1897. Las
posteriores adaptaciones
a] teatro y al cine dieron una creciente popularidad al protagonista
de su obra.
Desde que en
1897 Bram Stoker publicó su versión de la
leyenda de Drácula, muchos se han
estremecido con historias de vampiros, que
vienen transmitiéndose desde tiempo inmemorial. Viejas tradiciones
centro-europeas cobraron desde entonces difusión universal. El castillo de
Drácula, en
Transilvania, aún existe y es visitado por turistas de todo el mundo.
Stoker fue un funcionario público irlandés que nunca visitó Transilvania. Se
catapultó como escritor popular con esa novela, que está inspirada en
Vlad V Tepes,
e¡ Empalador, un principe que habría
perdurado 400 años como un ser desgraciado, no
vivo, pero tampoco muerto.Aparte de la sangre y el misterio, en la novela se
descubren connotaciones eróticas, en un clima de seducción que atrae y
asusta al mismo tiempo. Drácula se interesa por subyugar a
Guil lermina
Murray y a su amiga
Lucy Westenra: a Jonathan
Harker lo seducen tres bellas vampiresas,
perversamente activas en su avance hacia el placer («Las deseaba y al mismo
tiempo, sentía un mortal temor.
Senti en mi corazón un maligno y ardiente
anhelo de que me besaran... Senti el suave y tembloroso roce de sus labios
sobre la supersensitiva piel de mi garganta, y
los pinchazos de los agudos dientes. Cerré los ojos, en lánguido éxtasis, y
aguardé...»). El castillo tiene puertas
cerradas y espacios prohibidos para Jonathan, que se interpretan como el
ámbito del sexo, cuya alusión explícita estaba totalmente vedada en la
Inglaterra victoriana. Tal vez a partir de ahí
el anticuado apelativo de femme
fatale fue desplazado por la palabra
vampiresa, que en distintos idiomas denota a la mujer que no tiene
escrúpulos para seducir a los hombres con su belleza a fin de lograr sus
propósitos. La primera en recibiré! muy
norteamericano calificativode«ramp>
fue Theda Bara,
después de su papel en la película
A fool there
was{ 1915), de Frank
Poweil, basada en la novela
The Vampire
de Rudyard Kipling.
La novela de Stoker presenta una muy clara diferenciación entre las
fuerzas del mal y la hermandad de los hombres de bien, que a costa de
enormes sacrificios terminan venciendo. No hay lugar para indecisiones
morales. Algunas interpretaciones modernas destacan la calidad dramática de
la obra, al exponer la tragedia espiritual de Drácula, un ser que busca
aferrarse a la humanidad, sin poder pertenecer a ella nunca más. La leyenda
original posiblemente era mucho más concreta y su significado,
más directo. El verdadero Vlad gobernó
Valaquia principado del Danubio,
que hoy forma parte de Moldavia entre 1452 y 1462. Fue célebre por su
patriotismo y por lacrueldad aplicada en la
defensa de su territorio. Lo llamaban Vlad Drakul
(Vlad. hijo de o poseído
por el demonio, Drac).Luchó alternativamente
contra turcos y húngaros. Condenó a muchos de sus prisioneros a morir
empalados, es decir, atravesados por estacas verticales clavadas a la
entrada de su castillo. Se cuenta que ordenó empalar a 40.000 personas.
Muchos otros recibieron muestras de su sadismo, en especial cuando quena
demostrar su poder ante los embajadores turcos.Sin embargo, de ahí a decir
que el principe fuera un vampiro hay un largo camino, que la tradición
popular recorrió hace tiempo. Durante todoel
siglo xix, este tipo de historias venían
fascinando a Inglaterra, donde se publicó una buena cantidad de novelas y
cuentos de gran aceptación. En TheGiaour,
publicado por JohnMurray en 1819,
LordGeorge Byron
incluyó un fragmento que marca el comienzo de esa moda literaria.
En junio de 1816, Byron pasaba una temporada de descanso en la villa
Diodati. a orillas del lago Leman
Suiza , en compañía de su esposa
Claire, sus amigos
Mary y Percy
Bysshe Shelley y su médico
John William
Polidori. Les propuso jugar al terror gótico,
y Mary respondió al desafío escribiendo su muy conocida novela
Frankenstein. Byron escribió en esos días
un cuento inconcluso, que fue el origen de su versión del vampiro en
The Giaour.Polidori.
cuyo carácter no se adecuaba bien a las circunstancias, parece haberse
inspirado en las ideas de su célebre paciente para escribir otra de las
obras iniciales de esta tendencia a la necrofilia
y e! misterio: The Vampyre: A tale.
Apareció en el New
Monthly Magazine. en 1819,
después de que su autor había sido despedido
por Byron. Obras de mayor o menor valor sobre el mismo tema se sucedieron a
lo largo del siglo. El alemán Ernst Hofftnann
introdujo un vampiro en The Serapion Brethren.
La espeluznante novela inglesa Varney. el
vampiro o El
festín de sangre, aparecida en 1847, fue muy popular en su momento. El
francés Téophile Gautier tuvo el suyo en La
morte amoureuse
y J. S. Le
Fanu escribió un episodio
vampiresco en Creen
Tea.SirArthur Conan
Doyie hizo pasar a
Sherlock Holmes por La aventura
del vampiro de
Sussex. Pero. como no podía ser de
otro modo, aquí el enigma se resuelve
racionalmente, ya que se trata de un caso de
pseudovampirismo.Existen muchos antecedentes de vampiros en otras
culturas, pero la mayor parte de los relatos
que nos resultan familiares se desarrollaron en Europa oriental, en los
Cárpatos y los Balcanes. Durante el siglo xviii
hubo una verdadera invasión de vampiros. Losdiarios franceses y holandeses
publicaban, ya desde fines
del siglo xvn, los numerosos casos recientes,
que se registraban sobre todo en Rusia. También hubo
vampirismo en
Lorena, Prusia, Silesia, Polonia,
Moravia, Austria. Bohemia y todo el norte
europeo. Los vampiros eran insaciables y como remedio se afirmaba
que había que sorprenderlos de día en sus
féretros, cortarles la cabeza y perforarles el
corazón. Algunas de las características atribuidas a los vampiros son una
mortal palidez en el rostro, con labios muy
rojos, dientes prominentes que suelen estar
manchados con sangre, ojos inyectados de sangre, que poseen mirada
penetrante y furiosa, y vello en las palmas de las manos.Cuando a la víctima
humana se le agota la sangre, sufre una muerte sólo aparente, ya que se
convierte a su vez en vampiro, como una interminable cadena. De haberse
cumplido inexorablemente este proceso, a esta altura no habría
más que vampiros sobre la tierra y ya no tendrían víctimas a quienes
succionar. Pero las leyendas milenarias no se desvanecen fácilmente frente a
argumentos lógicos. Sólo el tiempo y el cambio social
van venciéndolas, a un ritmo mucho más lento de lo que uno cree. Para
la mayor parte de estos elementos habría una
explicación científica, que se expondrá más ade-lante.
Drácula, en la novela,
cuenta con una jauria de lobos que acompañan
sus movimientos y lo anuncian con sus aullidos. Inclusive el propio conde
podía convertirse en lobo: en su versión
humana los pelos en las palmas de las manos revelaban esa potencial
animalidad.
EL LOBO DE CAPERUCITA
Esta idea ya estaba desarrollada en algunos mitos
nórdicos referidos a dioses que adoptaban el aspecto de estos animales para
deambular por el mundo. Tal vez de ahí derivó
la idea de personas (en especial brujos) que se convertían en lobos: los
licántropos u hombres lobo, que atacan de
noche y devoran a los hombres. Tienen en común con los vampiros la crueldad,
la mirada furiosa y los pelos en las palmas de las manos, agregando, por
supuesto, la pelambre en la cara y la piel oscura. La asociación no es
casual, ya que en Europa el lobo era uno de los seres más temidos, incluso
por la población urbana. Los estudios científicos
recientes sobre este cánido formidable han destruido gran parte de su
leyenda negra. Se trata de un animal con una organización familiar notable,
que caza en grupos y se adapta a diversas condiciones ambientales. Por ser
una especie amenazada de extinción, el lobo merece el máximo cuidado,
como tesoro natural insustituible. Pero que todo esto se lo fueran a contar
a alguien que viajaba indefenso, de noche, por las estepas. La jauría
salvaje posiblemente se interesara más por el caballo que tiraba del trineo
que por el aterrorizado viajero, pero éste también era un bocado apetecible
si no iba armado. Aún no se ha borrado de la memoria colectiva el terror que
despertaba el lobo. Hoy los cuentos clásicos, como
Caperucita Roja o E¡ lobo y ¡os siete
cabritos pueden parecemos innecesariamente
crueles y poco edificantes para nuestros chicos, pero varios siglos atrás
tenían una finalidad
educativa evidente. Actualmente son otros los temas que asustan, pero la
actitud de la mayoría de las personas es, en cierto modo, semejante. No hay
padre que no se preocupe por sus hijos cuando salen de noche, por miedo a
las agresiones y accidentes que son moneda corriente y muchas veces las
advertencias se repiten hasta el hartazgo. También se hacen campañas masivas
en las que se advierte a la población y, en especial, a los más jóvenes, de
los peligros de la droga, el SIDA, el cólera y otras desgracias que amenazan
nuestra vida. Aunque se trate de temas desagradables y las campañas
publicitarias puedan provocar miedos o inseguridad, estos graves peligros
justifican que se repita hasta el cansancio el mismo mensaje inquietante.
Del mismo modo, en la Edad Media se les decía
a los chicos «no vayas solo al bosque porque
te va a comer el lobo»... y era la pura
verdad. Para certificar la trascendencia que tenia el lobo hasta tiempos
recientes, basta con leer lo que explicaba, todavía
en 192 5, el gran zoólogo
hispano-argentino doctor Angel Cabrera: «En
nuestro país [España] durante el
verano, los lobos permanecen en los montes, generalmente en parejas: pero en
el invierno, la nieve y el hambre los empujan a los valles, donde a veces se
reúnen en gran número, y entonces se hacen temerarios y, por consiguiente,
peligrososaun parael
hombre. En enero de 1922, en la provincia de León,
los lobos tuvieron durante algunas semanas aterrorizada a la comarca de
Astorga. La gente de los pueblos tenia que
encerrarse en sus casas en cuanto anochecía,
por temor a verse acometida, pues habia sitios
como Corniero, donde estas fieras
pasaban la noche en las calles, oyéndoselas aullar al pie de las ventanas.
En Sopella, varios individuos sal
ieron, armados de escopetas, a dar una batida:
pero se vieron obligados a retroceder acausa
de los numerosos grupos de lobos que encontraron. En el mismo monte de El
Pardo, a las puertas de Madrid, entran algunos anos los lobos, que
descienden de la vecina Sierra de Guadarrama, y ocasionan considerables
daños en la caza. Raro es el pueblo de nuestras montañas donde no se cuente
alguna dramática aventura de lobos. En diciembre de 1895, la diligencia que
hacia el servicio entre Segovia y
Riaza fue asaltada por una manada de estos
animales, que se precipitaron sobre las
caballerías, ocasionando el vuelco del carruaje y resultando heridos algunos
de los viajeros. «Sin embargo^ en nuestras
latitudes no son nunca tan temibles los lobos como en los países
del Norte. Rusia, sobre todo, es el teatro legendario de sus hazañas. El año
1892, llegaron a bloquear la ciudad de Tijvin,
en el gobierno de Novgorod. Inmensas manadas
de estas fieras tuvieron la audacia de
penetrar en la población y llevarse todo el ganado lanar y muchos niños. Dos
mujeres y un anciano fueron también devorados, y tres hombres sucumbieron a
consecuencia de las heridas recibidas en un combate con los lobos. Ningún
habitante de Tijvin se atrevía a salir a la
calle sin ir armado hasta los dientes, y a tal punto llegó el número y osadía
de los invasores que, para acabar con ellos, hubo que enviar un batallón de
infantería, una sección de cosacos y trescientos cazadores... En todos los
países donde hay lobos,
el viajero o el cazador que, en el invierno, tenga que andar solo por los
montes, corre verdadero peligro si se le hace de noche en el camino, y aun
se podrían citar muchos ejemplos de ataques en
pleno dia.» Lo que se acaba de transcribir no
es una leyenda. sino un texto escrito por un investigador de trayectoria
destacadísima, cuyos trabajos científicos
siguen considerándose referencia ineludible en todo estudio referido a la
fauna argentina. Nada tiene de raro, entonces, que frente a los riesgos
auténticos que significaban unas fieras tan peligrosas, los pueblos de
Europa oriental hayan odiado a los lobos y. profundamente imbuidos de
sentimientos religiosos, los hayan creído
seres satánicos, vinculados con los vampiros y los brujos.
Va/aquia,
principado del Danubio,
fue gobernada entre 1452 y t462 por el
príncipe Vlad Tepes, conocido como
Vlad Dracul. En
él se inspiró
Stokerpara escribir su nove/a.
El
filme Drácula.
de Tod Bmwning,
lanzó al mundo del cine al personaje de
Stoker. BelaLugosi, actor
húngaro exiliado
en los Estados Unidos, logró un Dracula «de
suprema elegancia y refinamiento».
EL LOBISON Y EL HOMBRE LOBO
Es viernes de
noche y todos saben que el
lobisón anda suelto. Las familias que han
tenido siete hijos varones consecutivos temen porque el menor de ellos carga
con la desgracia de convertirse en esa especie de perro enorme, con algunas
características de cerdo, que se alimenta de excrementos en los corrales,
cava en los cementerios en busca de cadáveres y suele devorar bebés sin
bautizar.Aqui la religión aparece, a través
del bautismo, como una forma de proteger a los hijos del ataque de este
monstruo. Coluccio comenta que esta parte de
la-leyenda también puede servir
paraocultar infanticidios («Y como no estaba
bautizada la criaturita, me la comió
el lobisón»).Para evitar la desgracia
recomiendan bautizar al séptimo hijo con el
nombre de Benito y que el padrino sea el mayor de los siete hermanos. Si se
lo hiere en el campo vuelve a su forma humana, pero después el lobisón se va
a encargar de matar a quien descubrió su secreto. Sólo la muerte puede
liberar definitivamente su alma.La séptima hija consecutiva también sufre
las consecuencias. Muchos creen que se convertirá en bruja, mientras que
otros afirman que ella tendrá el mismo destino que el varón: convertirse en
una fiera carroflera.El lobisón forma parte
del rico conjunto de mitos y tradiciones populares de la Argentina, pero no
es exclusivamente nuestro. A veces lo escriben
tobizon y otras veces, en el apuro del idioma hablado, se reduce a
¡aisón. En Misiones lo llaman
tobisome.más de acuerdo con la forma original
luso-gallega, tobisnomen, que nos rumbea para
encontrar el origen de la leyenda: el hombre lobo europeo. En la Edad Media
florecieron las historias de licántropos
(toups garous
en francés), hechiceros ávidos de carne humana que teman el poder de
convertirse en lobos, para azote de sus coterráneos. Muchos desgraciados
murieron en la hoguera por ese supuesto crimen. La superstición habrá
crecido a expensas del aspecto brutal de seres humanos que, desquiciados
mentalmente y marginados socialmente, hacían
vida salvaje en los bosques próximos a las aldeas medievales. En un tiempo
en que la Inquisición buscaba con denuedo a los poseídos por el demonio,
eran frecuentes las personas que caían en la manía
lupina, una alteración mental que hacia que se
creyeran lobos y confesaran haber salido, en la realidad o en el delirio, a
cobrar victimas humanas. Los médicos de siglos pasados aplicaban el nombre
de licanfropia a diversos estados
neuropatológicos y
psicopáticos, que tenían
en común el delirio zosntrópico, la
dromomania y a veces el estupro. El peso
de la tradición
y la segregación social de que eran objeto, llevaban a estos maniacos a
profundizar su patología, creando un cuadro clínico
que, al igual que otras «histerias», en la actualidad ya no existen como
tales por falta de la correspondiente presión social. Un mito de tan larga
trayectoria tiene, por supuesto, enorme variedad de versiones, que difieren
no poco entre si y forman una colección de
leyendas afínes, que se adaptan a cada región y se entremezclan con otras
tradiciones zoantrópicas. Según Granada, la
leyenda del lobisón penetró a América por Brasil y de allí
se difundió a ambas márgenes del Río de la Plata. Pero como aquí no hay
lobos que acechen en los bosques, nuestro
loupgamu tuvo que convertirse en un
perro-cerdo o en otro ser indefinido. Salvo los yaguares que asediaban
en los primeros tiempos a los colonizadores, no había
en América del Sur una fiera que dificultara
en extremo la habitabilidad de un lugar y que se acomodara a las
descripciones del lobishómen portugués. Los
perros cimarrones abundaron en Buenos Aires
desdecomienzosdel siglo xvn. Formaban
jaurías que provocaban considerables pérdidas a la actividad ganadera y,
aunque no era frecuente que atacaran a
seres humanos, no se;
les podía tener demasiada confianza. Llegaron
a ser tan-abundantes
que los vecinos sé organizaban para matarlos, en las ciudades y alrededores.,^
veces con ayuda de las fuerzas armadas. Pero los perros no alcanzaban, ni
con mucho. la ferocidad del lobo. Más atraídos
por la carroña. hallaban su alimento en los basureros y
(¿'.porqué no?) quizás en los cementerios. Los
perros le chumban al lobisón. pero éste es
capaz de destrozarlos en la pelea. No pocos hombres de campo han resultado
heridos por una chancha parida, ya que el
cerdOrdoméstico ha conservado gran parte
detearácter cerril de su antecesor silvestre, el jabalí.
Un cerdo adulto, enfurecido y acorralado,
llega a ser una bestia difícil de dominar. Tampoco es inusual su presencia
en los basurales. De ahí entonces que el
lobishómen adoptara características
más acordes con algo nefasto del propio entorno
rioplatense: una especie de perro cimarrón.
con algo de chancho, merodeador de corrales, basureros
y camposantos, que eventualmente podría llegar
a comerse a un niño. En el norte argentino las colpas
del lobisón las carga el aguará-guazú o tobo
de crin, el mayor (te nuestros cánidos
silvestres. Aunque ese «lobo»
nmcateaal hombre, se
lopersigBeint^isMnente.^Lospob&dores le atribuyen, a
los^ataques para
Cabrera y Vetes
no*es «uy
verosimil), pero la
causa principal
dewpersecueién es que la gente le teme
por supersIteion.Pof esto y por el
comercio ilegal de pieles,
el aguará-guazú está en peligro de extinción.
Las características animales
del lobisón varían según la región.
Generalmente se lo describe como un gran perro negro, de orejas muy grandes,
patas como pezuñas y ojos fulgurantes. Se lo cree vulnerable a las armas
blancas, peroinmunea
las de fuego (¿será que es difícil
acertarle un tiro a un perro cimarrón de noche?).
Sin embargo, una bala puede servir para matarlo si lleva una cruz marcada y
se .la ha sumergido en agua bendita, siguiendo
un rite determinado
(una vez más los signos religiosos protegen de los seres malignos).
Algunos atribuyen olor a azufre al lobisón, mezclando el mito con el de
otros seres demoníacos. Unos creen que la transformación del hombre en
lobisón es total, pero otros afirman que el cuerpo queda en,la
cama, mortalmente pálido, y transpirando,
mientras que es su alma la que, con forma de
animal, recorre el campo. En su forma humana
se suele describir al lobisón como una persona de rostro amarillento,
ojeroso, maloliente, de carácter huraño,
intratable. Según la tradición, una vez que vuelve a su figura
humana, el desdichado cae enfermo del estómago
por causa de sus andanzas nocturnas. Granada
señala también que los dientes
le sobresalen de
la boca, como un indicio más de la afic,ión
canina; de ese hombre. Coluccio agrega
que^a veces, el
hofflibre tiene la.s
uflas y el pelo largos, es
.totalmente velludo
o tiene eccema en el
rosfro, Bs evidente que estas características
lascom-partecon los vampiros y, por supuesto,
con el hombre lobo. Lamentablemente, este tipo de creencias,
continúa vigente en nuestro país. La bibliografía
presenta una amplia documentación sobre la
marginación social de las personas sospechosas
de ser lobisones, y aun casos de mujeres que
abandonaron a sus maridos al descubrir que lo eran.
Más allá de lo anecdótico
o pintoresco, la leyenda puede causar un daño
injustificable, que es necesario combatir. En
la Argentina existe la costumbre de que el presidente de la Nación sea el
padrino de bautismo de los séptimos hijos varones. Es un premio a las
familias que más contribuyen a poblar el territorio, pero quizá sirva
también para aventar en parte el recelo supersticioso que pudiera existir
hacia esos chicos, que sin duda no merecen cargar con la nefasta tradición
del lobisón.
Retrato
de Dracalagra-bado en madera y placa
incluido
en un panfleto aléman de fines
del siglo XV. A
través den»
amigo, Stoker conoció esta publicación,
que trata a Drácula «maldito
tírano».
Casa
natal de Vlad Tepes en la vieja ciudad
fortificada de
Scnassbwg en Tran-silvania. Vlad
Dracul vivió en ella en 1431, ano del
nacimiento del luego inmortalizado
Dracula.
Escudo
de Valaquia, uno de ¡os principados del
Danubio que hasta 1918 formó, junto con
Moldavia, el
reino de Rumania.
LOS VERDADEROS VAMPIROS
Existe una
asociación íntima entre Drácula y los
murciélagos: el conde, en la ficción, se convierte a cada rato en uno de
ellos para alcanzar a sus victimas.Todos los quirópteros tienen hábitos
nocturnos y vuelan en la oscuridad con sorprendente precisión. Su aspecto
sombrío y la costumbre de envolverse con las membranas de sus manos al
dormir, como si fueran una capa, seguramente sirvieron para que la fantasía
popular los considerara bichos de mal agüero y los relacionara con duendes o
brujas, al igual que otros animales nocturnos como las lechuzas y los
gatos.Sin embargo, la creencia en su condición maléfica se consolidó desde
la conquista del Nuevo Mundo y el descubrimiento de los vampiros reales. Es
incuestionablemente cierto que en América del Sur hay unos murciélagos que
aprovechan las horas de la noche para clavar sus agudos dientes y
alimentarse de la sangre de sus víctimas, tanto hombres como animales. Las
descripciones de los naturalistas del siglo xvi
sin duda llevaron a integrar los mitos satánicos con la realidad
zoológica.Los murciélagos tienen requerimientos muy estrictos de
temperatura. La mayor parte de las especies vive en regiones templadas
acálidas. Donde el invierno es riguroso, estos
animales se aletargan dentro de sus escondites, formando muchas veces
grandes agrupaciones. En otros casos, emigran para evitar el rigor invernal.
Por eso, desde el punto de vista zoológico, es chocante que los murciélagos
de Drácula anden revoloteando activamente mientras la nieve se acumula en
los caminos. Aceptable como imagen de ficción,
aunque tan inverosímil como el zapallo de la
Cenicienta que se convierte en carroza para asistir al baile. Existen más de
850 especies diferentes de murciélagos en el mundo y, dentro de esta
diversidad, se reconocen dos grandes grupos: los enormes y los pequeños.
Los megaquirópteros o «zorros voladores», que
habitan en Africa, Asia y Oceanía, son
impresionantes por su tamaño, ya que alcanzan
a 40 centímetros de largo y 1,50 metros de
envergadura. Serian ideales para filmar películas
de terror, si no fuera porque se alimentan básicamente de frutas y, por lo
tanto, tienen muy poco que ver con Drácula. El resto son animales chicos,
generalmente comedores de insectos, y se los conoce como
microquirópteros. Las más de 40 especies
distintas de murciélagos que habitan en la Argentina se ubican
en este grupo. Nuestro murciélago más pequeño
—el moloso pigmeo- mide unos 4
centimetros de largo y 14 centímetros de
envergadura. El mayor es el moloso gigante, de 10 centimetros de largo del
cuerpo y una envergadura de 55 centímetros. La leyenda, a su vez, influyó
sobre el conocimiento de la naturaleza. Dentro de los murciélagos
americanos, tenemos un grupo - los «falsos vampiros»-
- que carga con injusta mala fama, aunque sean tan pacíficos como el que
más. Se reconoce una docena de este tipo de quirópteros en nuestro país. La
especie que lleva el sugestivo nombre de
Vampyrum spectrum habita desde las
Guayanas hasta Brasil y no se le ocurre comer
más que insectos, frutas y flores. El número de especies de murciélagos hematófagos
es muy reducido. Todas ellas son sudamericanas, pero una sola tiene amplia
distribucióny es abundante
y conocida: el murciélago mordedor o vampiro
de Azara, Desmodus
rorundus. Su distribución en la Argentina
abarca desde el norte del país hasta Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, norte de
San Luis y norte de Mendoza, desde la llanura hasta una altura de 2000
metros en los cerros. También está presente en el resto de los
paises al este de los Andes, desde
Bolivia, Paraguay, Uruguay y Brasil, hasta
México. Como se ve, la casi totalidad de los murciélagos son inocentes y no
merecen las sospechas de desgracias que mucha gente
lesatribuye. Por repugnancia, temor infundado
y, en menor medida, por las molestias y olores que producen cuando anidan en
las casas, los murciélagos son víctimas de matanzas frecuentemente
innecesarias. Lizer y
Trelles reclamó, hace ya
medio siglo, que se establecieran medidas de
protección para los murciélagos, por sus
efectos benéficos en el control de los insectos. El auténtico vampiro es
reconocible en las referencias a un murciélago sudamericano
que dio Gabriel Soares de
Souza, ya en 15 87.
A partir de entonces una alimaña tan peculiar quedó
incorporada a todas las obras de H
istoria Natural, aunque a veces tan cargada de
supercherías que la ciencia oficial, en definitiva, no contribuía
adisipar los errores que la imaginación
popular tejía. El vampiro es un murciélago de sólo 8 centímetros
de largo y envergadura de medio metro. Vive en grandes colonias en cuevas,
pozos o árboles huecos. Posee un par de incisivos largos y muy filosos,
similares a los que se atribuyen a Drácula.
Los dientes del vampiro no son huecos y no chupa la sangre de su victima a
través de ellos, sino que la lame. Durante la noche los vampiros se posan
sobre el ganado y con esos dientes afilados cortan un único
trocito redondo de piel, de medio centímetro
de diámetro. La incisión es prácticamente indolora y es raro que el animal
se despierte. La sangre fluye hacia la herida y el vampiro lame con su lengua
hasta saciarse. Si el atacado es un hombre, la herida suele verse en los
dedos, el mentón o las orejas. Hubo todo tipo de fábulas alrededor del
vampiro de Azara, abonadas por los escritos de los cronistas de Indias. Se
decia que el vampiro era capaz de hipnotizar a
sus víctimas apantanándolas con sus alas; que por su picadura los hombres
morían sin sentirlo; que con los labios y
lengua formaba un tubo que introducía en la herida para sorber la sangre...
Hasta el siglo xix perduraron todas estas
supercherías, sin que los naturalistas aportaran datos más verosímiles.
Los primeros relatos confiables sobre el tema los debemos a Félix de Azara.
Este militar español demostró ser un observador muy agudo de la naturaleza.
A él se deben obras de permanente interés, aunque trabajaba en condiciones
muy adversas, según declaraba él mismo:
«Carezco de Libros y de todos los medios de adquirir noticias e
instrucciones: Soy un Naturalista original, que ignora hasta los términos, y
grande parte de mis Apuntaciones se han hecho sin Silla, Mesa, ni Banco con
la torpeza y disgusto que acompañan ala
excesiva fatiga...».
/ Hasta entonces era frecuente incluso que los murciélagos se
clasificaran entre las aves. Azara, en cambio, sostiene lo siguiente: «He
aquí un Animal que
alos Ojos de todos es feysimo,
extravagante, y que solo tiene de Ave el saber volar, y el pecho ancho y
carnoso. La Caveza,
Hozico, Dientes, Lengua, Orejas, Pies, Cola,
Pelo, el Parir y dar de mamar estodo de
Cuadrúpedo... En
vista de lo dho los
Morcielagos Deben contarse mas bien entre los Quadrupedos que entre las
Aves, y para quitar toda Repugnancia en admitir esta Aserción
bastará hazerse cargo de que asi como el no
volar, que parece de esencia de los Quadrupedos, se compone con la
naturaleza de las Aves en el Avestruz y otras;
del mismo modo no es Repugnante que haya Quadrupedos Voladores
í que tengan de Ave el Volar.» Refiriéndose
específicamente al vampiro, Azara prefirió
llamarlo «murciélago mordedor», ya que había
observado bien cómo se alimenta: «A veces muerden la cresta y barbas
de las gallinas dormidas, chupándoles
la sangre, de cuyas resultas mueren, principalmente
si se agusanan, como sucede casi siempre. También
muerden a los caballos, asnos, muías y ganado
vacuno, por lo común eo las ancas, espaldas o
cuello, porque allí tienen la facilidad de
agarrarse a la crin o cola. «Lo mismo hacen
con el hombre, de que puedo dar fe por haberme mordido
quatro veces en las yemas de los dedos del pie
durmiendo a cielo descubierto, o en las casas campestres. Las
heridas que me hicieron
sin que yo las sintiese, eran circulares o
elípticas de una linea de diámetro [aproximadamente
2 mm.]; pero tan poco profundas, que no
penetraban enteramente el pellejo, conociéndose haberlas hecho sacando un
bocadillo, y no punzando como pudiera pensarse. «Además de la sangre que
chuparían, juzgo que la derramada podría ser
media onza la vez que más... Aunque mis llagas dolieron algunos días muy poco,
fueron de tan corta entidad
queno las apliqué remedio ni
dexé de caminar. Por eso, por su ningún
riesgo,, y porque solo las hacen en las noches
excasas de otro alimento, aquí nadie temeni
hace caso de este animal: de quien cuentan que para no dar sentimiento
al paciente, halaga y refresca batiendo con sus alas la parte que va a
morder y chupar». Azara, como observador sagaz y crítico que era, salió al
cruce de las historias que circulaban. Criticó
las exageraciones sobre el tamaño del vampiro
y la posibilidad de morir víctima de su «picadura». Al respecto dice: «No
son menores las [exageraciones] que
cuentan de su chupar la sangre, diciendo La
Condamine que destruyeron los ganados mayores
del pueblo de San Borjay de muchas
otraspartes; Gumilla
y Pedro Martyr que mueren sin sentir los
hombres, si son picados en alguna vena; y los Señores
Don Jorge Juan y Don Antonio Ulloa, que ocasionan
un desfallecimiento extremo.Digo que todo
estoes ponderar, y dejarse llevar fie
vulgaridades; porque yo en muchos años no he visto
más de to que dixe,
aunque he oído bastantes veces lo que escriben dichos autores. «Estos, en mi
juicio, jamás han tenido este murciélago en la mano; y si
es que le han pillado, no han conocido ser el que mordía...»
Como se ve, hasta el siglo xix gran parte
de lo que se sabía sobre los vampiros auténticos
había sido condimentado con datos erróneos,
que a partir de Azara comenzaron a aclararse. Habían pasado más de dos
siglos desde su descubrimiento, tiempo suficiente para consolidar leyendas y
miedos colectivos. Desde entonces se ha trabajado mucho sobre los vampiros
sudamericanos, principalmente porel daño
que producen al ganado y por la transmisión de enfermedades,
como la rabia paresiante. Leyendas al margen,
el vampiro sudamericano es una realidad. A
pesar de las sucesivas campanas y programas
de investigación, sigue siendo un problema sanitario preocupante en gran
parte de América latina, donde se continúa trabajando para lograr su control
más efectivo.
la medicina
estudia las porfirias
Como ya se ha
dicho, parece existir una base clínica y
genética para explicar
lo que la superstición interpretó
como vampirismo. En el siglo
xix se describió, por primera vez en forma
científica, ungrupo
deenfermedades poco frecuentes de las que
existían algunas
referencias antiguas: las
porfirias. Las personas afectadas por esas
dolencias tienen dificultades
para sintetizar las
porfírinas, sustancias que, al combinarse con determinados metales,
juegan un papel fundamental en el metabolismo de plantas y animales.
Con el hierro las porfírinas
forman una molécula compleja llamada «grupo hem»,
que forma parte de la hemoglobina - pigmento rojo de la sangre, que
intercambia oxígeno y dióxido de carbono con los tejidos, permitiendo la
respiración celular-. El mismo tipo de
moléculas integra el citocromo
P-450, pigmento
que da el color pardo rojizo al hígado y que
cumpleun rol en
laasimilación de los medicamentos. En ios vegetales, las porfírinas
se unen al magnesio, constituyendo la^torofila
—pigmento verdecapaz de absorber la energía solar
durante la fotosíntesis. La síntesis del grupo
hemconsistee» una larga serie de
pasos, cada uno de los cuales está regulado por una enzima diferente. Un
organismo al que te falte alguna de esas enzimas no podrá completar el
proceso y acumulara, en consecuencia, algún producto intermedio —una
porfírina- con efectos graves para la salud.
Una enfermedad de este tipo es la porfíria
erítropoyética congénita o enfermedad
de Gunther, que es bastante rara -sólo se han
descrito clínicamente unos 100 casos en
el mundo . La acumulación patológica de
porfirinas produce una característica
hipersensibilidad a ciertas radiaciones del
espectro solar (fotosensibilidad). La absorción de la energía
solar por las porfirinas cutáneas desencadena un proceso que termina con la
producción de peróxidos que. por liberar oxigeno atómico dentro de los
tejidos, destruyen las estructuras celulares. Una experiencia familiar
análoga, para que esto se comprenda más
claramente, es la de aplicar agua oxigenada sobre una herida. La sangre hace
burbujas y la herida deja de sangrar: el agua oxigenada es un peróxido y
«quema» el tejido con el que entra en contacto.Por esta razón, los porfirices
sufren lesiones en los tejidos expuestos a la luz
solar. La piel desarrolla un fuerte enrojecimiento, ampollas y escoriaciones,
que se infectan e incluso se necrosan. Lo que
ocurre es que sus propios tejidos van liberando peróxidos,
que los autodestruyen. Las heridas se ulceran
y, al cicatrizar. dejan marcas, eczema y
deformaciones. Si estas lesiones son muy extensas, la persona sufre
mutilaciones espontáneas en los dedos y orejas,
se destruyen los cartílagos de la nariz, etc..
De este modo la persona enferma puede perder los labios y
aparecerle grietas en la piel, que sangran
cuando son expuestas al sol.Como reacción orgánica para protección contra la
luz, suele aparecer otro síntoma: la
hipertricosis o
hirsutismo (desarrollo anormal de pelos), que puede llegar a ser muy
intensa en la cara y extremidades. Los ojos pueden aparecer de color rojo,
acompañados de
eritrodoncia (enrojecimiento de los dientes debido a la acumulación de
porfirinas en la dentina). Los defectos en la producción
de hemoglobina derivan en un cuadro de anemia
hemolitica. En otro tipo de esta enfermedad, la
porfiria hepatocutánea tarda, los síntomas
sólo aparecen en la edad adulta. Se presenta fotosensibilidad, con lesiones
de la piel. Se forman ampollas que se rompen, producen costras y, si se
protegen del sol, finalmente cicatrizan
quedando marcas blancas que llegan a calcificarse. En este tipo de porfirias
las lesiones no son necrosantes, sino que es
más común la hipertricosis o hirsutismo en la
frente y pómulos; la piel se hace áspera y seca. y se va oscureciendo. El
efecto más importante de esta enfermedad son
los graves trastornos hepáticos, hepatitis crónica y cirrosis.Algunas
porfirias provocan crisis abdominales, con fuertes dolores (esto es
frecuente en la «porfiria de tipo sueco», estudiada por
Waldenstrom, en 1936, en varias familias de
Suecia), asi como alteraciones
neurológicas y trastornos psíquicos.
En la década de 1950 se estudió, sobre 236
pacientes de Sudáftica, un tercer tipo: la
porfiria variegata o porfiria sudafricana. Su
diferenciación de los tipos anteriores, de índole
clínica y bioquímica,
excede la intención de esta nota, pero es importante anotar que todos los
pacientes eran descendientes de una sola pareja de holandeses que emigraron
hacia 1668 a la ex Colonia del Cabo. Determinadas circunstancias favorecen
que una enfermedad hereditaria se mantenga en los descendientes de una
familia, sobre todo si se dan condiciones de parentesco directo entre
cónyuges.Más tarde también se describió algún caso de esta porfiria en
Checoslovaquia. Estos son sólo algunos de los tipos de porfirias, cada uno
de los cuales depende de que esté fallando una etapa diferente de la síntesis
del grupo hem. Los síntomas
no siempre son absolu^mente distinguibles
entre uno y otro tipo. Por ejemplo, se han
descrito casos de aparente enfermedad de Günther,
pero con manifestaciones bioquímicas propias
de la porfiria hepatocutánea tarda, y otras combinaciones de síntomas.Sólo
en épocas más o menos recientes se pudo interpretar correctamente este grupo
de enfermedades y aún se investigan muchos de sus puntos oscuros. Por su
origen genético, todavía no se conoce un
tratamiento especifico, pero sus síntomas se pueden aliviar hasta cierto
punto. Una protección elemental es evitar la exposición a la luz del sol. En
algunos tipos de porfirias el tratamiento clínico principal
son las transfusiones o inyección de
hem. Por un lado esto permite paliar la
anemia, pero su utilidad más importante es que el hem inyectado
funciona como inhibidor de su propia biosintesis,
es decir, que cuando la concentración de hem en la sangre alcanza un
cierto nivel, el organismo deja de producir
protoporfirinas y los síntomas de
porfiria se alivian; cuando el hem se
destruye, la biosintesis se activa nuevamente.Además de estas porfirias
congénitas, existen porfirias adquiridas, que
son desencadenadas por factores
externosenpersonasquetienencierta
predisposición genética. Se calcula que entre
cinco y diez personas cada 100.000 tienen esa predisposición o sufren estas
enfermedades. Los desencadenantes de la porfiria adquirida
son muchos, entre ellos el alcohol, que altera
el metabolismo porfirinico de las personas
sanas y, en caso de predisposición, puede originar una porfiria hepática,
aguda o crónica. De acuerdocon las
descripciones anteriores,la
porfiria eritropoyética daría
al enfermo gran parte de las características
que la leyenda atribuye al vampiro (pálido por la anemia, con ojos rojos y
pelos en las pa.lmas
de las manos, etc.). La porfiria hepática
tarda, en cambio, podría haber contribuido al mito del hombre lobo (con
pelos que cubren la cara y extremidades, piel gruesa y oscura, y un carácter
violento), asi como el de su derivado autóctono, el
lobisón (también hirsuto, con eczema en la
cara y que el sábado aparece enfermo del estómago).Si en la actualidad la
vida de los porfiricos es sumamente penosa,
imaginemos lo que habrá sido en la Edad Media la existencia de alguien que
tuviera pelos en las palmas de las manos o en la cara. saliera únicamente
después de la caída del sol, con un comportamiento
poco usual por las alteraciones neurológicas
que provoca la porfiria y presentara
deformaciones por las severas lesiones de la piel. La pérdida del labio
superior deja a la vista los dientes, que parecen más grandes de lo normal y
están tenidos de rojo. En conjunto, las desdichadas victimas de estas
enfermedades aparecerían como seres no humanos; vampiros u hombres lobo,
según elcaso. En la novela,
Drácula «sonreia
y la luz del farol iluminé una boca de labios muy rojos y afilados
dientes. De rostro aquilino, ancha frente y escaso cabello alrededor de las
sienes, pero profuso en las otras partes.
Cejas macizas, casi hundidas sobre la nariz. La boca, por lo que
podia ver bajo el espeso bigote, era de
aspecto algo cruel, con dientes agudos y
blancos. Sus labios eran extraordinariamente rojos...«Sus ojos llameaban: la
luz que despedían era roja, como si las llamas
del fuego del infierno
surgieran tras ellos. Su rostro estaba mortalmente pálido. Las espesas cejas
que se unían sobre la nariz, parecían
ahora como una moviente barra de metal calentado al blanco.»El daño
que les produce la luz hace que los porfiricos tengan fotofobia y sólo
puedan salir de noche, envueltos en un abrigo o capa. La imagen del
murciélago, que se envuelve con sus alas para dormir, recuerda a la de una
persona embozada en una capa. «Aún no he visto al conde a la luz del día.
¿Es posible que duerma mientras los otros están despiertos, para poder estar
despierto mientras los otros duermen?» El
doctor David Dolphin, de la
University ofBritish
Columbia (Canadá), presentó un informe ante un congreso realizado en
1985 en Los Angeles, California, donde analizó en detalle muchos puntos de
contacto que se observan entre las leyendas de vampiros y la bioquímica
de la porfiria. Antes de que se inventaran las técnicas de transfusión,
los médicos consideraban que la anemia podia contrarrestarse bebiendo
sangre. La efectividad del tratamiento, por supuesto, es muy discutible, ya
que la sangre que llega al estomago es digerida. A pesar de ello, en opinión
del doctor Dolphin, si el volumen de sangre bebido es muy grande, es
probable que una parte del hem que contiene pueda ser absorbido y pasar al
torrente sanguíneo del «vampiro». Por si ese
tipo de vida no fuera suficientemente terrible como para enloquecer a
cualquiera, la porfiria además altera las facultades mentales y posiblemente
ésa fuera la causa de las crueldades y obsesiones que se atribuyen a estos
personajes. La condesa húngara Isabel Bathory.
viuda del general Ferencz
Nadasdy, nacida en 1560. vivía
en su castillo de Csejthe, en los Cárpatos.
Tenia costumbre de beber y bañarse en sangre de doncellas, aconsejada según
la tradición por brujas y alquimistas, que la
habrían convencido de que asi conservarla
su belleza. La condesa y sus sicarios recorrían
la región en un carruaje, secuestrando a
cuanta jovenc ita
encontraban. Más tarde las degollaban y recogían
la sangre en la bañera de la condesa. Aparentemente algo de esto ocurrió en
verdad, ya que el emperador de Hungría Matías
II ordenó el allanamiento del castillo y se encontró una gran cantidad de
cadáveres. En 1610 se concretó el juicio, en el que la condesa confesó haber
asesinado a más de 600 doncellas. Sus cómplices fueron
decapitados o quemados en la hoguera, pero la
princ ipal culpable, por su condición
noble, fue condenada a morir emparedada. Como
en un cuento de Poe, la condesa fue encerrada
detrás de una pared, en un pequeño recinto, y se le proveyó alimento a
través de una rendija hasta que murió cuatro años después, en su propia
tumba. Estos casos ¿habrán sido enfermos de
porfíria, alterados mentalmente por la propia enfermedad y desesperados por
conseguir sangre para paliar sus dolencias?Tomando como base los informes de
los médicos de cabecera, algunos investigadores han reconocido la existencia
de porfírias agudas en las dinastías
de Escocia, Inglaterra, Hannover y
Prusia, que se remontan hasta
Maria Estuardo.
El más célebre porfírico alemán fue Federico
el Grande de Prusia. Durante la lucha por la independencia norteamericana el
monarca inglés, Jorge III el
Hannoverano. tuvo un comportamiento indebido,
que actualmente se interpreta como un efecto del deterioro intelectual
provocado por los ataques graves de porfíria.
El Parlamento inglésdesignó una comisión
médica para dictaminar acerca de laaptitud del
rey. La conclusión fue que ya no estaba en
condiciones de regir los destinos de Inglaterra y se nombré una regencia.
Muchas historias coinciden en afirmar que los
vampiros importantes eran miembros de la nobleza. Estopodría
explicarse por su mayor impunidad y porque serian personas más habituadas a
la «buena vida» y al exceso de alcohol que es muy
profirógeno y puede ser el desencadenante de una porfíria
adquirida . Un «monstruo» pobre seguramente
seria ultimado sin mayores miramientos, salvo que se pusiera a las
órdenes y bajo la
protecc ion del «vampiro» más poderoso,
como se ve usualmente en las películas sobre
el tema, donde no faltan sirvientes deformes y también afectos a la sangreLa
leyenda agrega que la persona mordida por un vampiro se convierte a su vez
en vampiro. Esta idea tiene
una clara conexión con el terror a ser poseído
por el demonio, pero también parece haber una posible
explicaciott médica, una vez más a través de
laopinióndeldoctor
Dolphin. Este investigador la relaciona con
los casos conocidos en los que un gen defectuoso produce sintonías
de enfermedad en ciertos miembros de una familia, mientras que en otros
portadores el gen no se manifiesta, salvo que enfrenten algo que
lo desencadene. Además del alcohol y demás
factores ya mencionados, el mismo efecto puede ocurrir cuando la persona
susceptible de coniraertaenfermedad se ve
sometida a un sbock debido a lapérdida
de una gran cantidad de sangre.A esta altura surge una pregunta acuciante:
¿cómo es posible que hubiera tantos porfiricos
en los Cárpatos, para consolidar semejante leyenda? Podemos dividir la
respuesta en dos partes. 1) Por un lado, no es necesario que haya habido
demasiados casos para que la superstición se hiciera cargo del tema. Tal vez
bastaría con unos pocos nobles locos por la
sangre, con rasgos de animalidad en su cuerpo o en su conducta. Algún
porfirice, castigado por sus eventuales crímenes,
tal vez haya sido expuesto en la picota,
semidesnudo: en tal caso habrá muerto por las horribles lesiones
producidas, al rayo del sol, a causa de su fotosensibilidad. La
supersticiosa interpretación popular puede
haber sido que el «vampiro», cuando no se le permitió buscar refugio diurno,
se ampollé, aparecieron grietas sangrantes en su piel, sus tejidos se
destruyeron y murió «desintegrado», como marca la leyenda. En el
Dráwla de Stoker,
el contacto de la cruz contra la frente de Mina, que estaba en proceso de
vampirizaeión, produjo una marca que no se
borró hasta que estuvo fuera de peligro. Si aun «vampiro» expuesto al sol le
hubieran aplicado una cruz (o
cualquier otro objeto) sobre la frente (o en cualquier otra parte), es
posible que ese lugar, al quedar a cubierto
del sol, quedara marcado como una zona de piel sana o
eritematizada, rodeada por las ulceraciones
generalizadas del resto.Si el porfirico no podía
sobrevivir a la luz, se debía, sin
lugar a dudas, a
que era un ser de las tinieblas, endemoniado. Nada más lógico en la Europa
central de entonces, con su extensa tradición católica. El predominio
cultural de la religión preconciliar amenazaba
a todos con un infierno de fuego y advertía
contra las constantes asechanzas espirituales y físicas del demonio y sus
discípulos las brujas, los malos espíritus
y los sabios. 2) Por otra parte, es efectivamente probable que en Europa
central haya habido una frecuencia relativamente alta de portadores de genes
de la porfiria. Las enfermedades genéticas se
transmiten de generación en generación, de modo que puede detectarse su
origen si se cuenta con un registro genealógico suficientemente detallado.
Un caso muy conocido involucra a las casas reales de Inglaterra.
Prusia, Albania, España, muy
significativamente Rusia y otras de Europa,
que presentaron casos de hemofilia: todos los
principes afectados son descendientes de la reina Victoria, primera
portadora del gen. Esta enfermedad sólo se manifiesta
en los varones, en los que provoca dificultades
en la coagulación de la sangre, de modo que cualquier herida menor puede
resultar en una hemorragia fatal. Los sucesivos casamientos
entre miembros del reducido ámbito de la nobleza permitieron
registrar cómo se ha ido difundiendo la
enfermedad. En poblaciones confinadas por barreras geográficas o culturales,
donde se sólo se practica el casamiento entre personas con algún grado de
parentesco, hay más probabilidad de que aumente la frecuencia del gen
responsable de una afección. La difusión de un gen inusual en una población
cerrada se conoce como «principio del gen fundador» y existen casos bien
documentados. A modo de ejemplo, se puede mencionar a la población del «Oíd
Order Amish» de
Lancaster, Pennsylvania. Alrededor de 1770 se
estableció alli una reducida cantidad de
personas y fundaron esta colonia que conserva pautas culturales muy
tradicionales. Durante más de doscientos años vivieron prácticamente
aislados del mundo y, consecuentemente. presentan un alto grado de
endogamia (casamientos entre descendientes de
la misma comunidad). En este grupo se observa una frecuencia inusual de
personas con seis dedos en pies y manos, y con enanismo
condrostrófico (brazos y piernas muy cortos,
con tronco y cabeza normales). El gen que produce estas características
habrá estado presente en alguno de los pocos colonos originales y pudo
generalizarse en la población por falta de
diversificación genética en sucesivos
matrimonios. Dentro de ese marco real y documentado, no parece descabellado
inferir que en las aisladas aldeas de las montañas de Europa central
podria.haber ocurrido una frecuencia
inusualmente alta
de enfermos de porfíria. es decir, de
«vampiros». En tiempos en los que las comunicaciones eran
lentas y penosas,
en general las sucesivas generaciones de una
familia vivían y se casaban en el mismo pueblo,
sin contacto con otras poblaciones, de modo que el grado de consanguinidad
era alto. La familia que había recibido alguna vez el
gen de la porfíria, lo mantenía y multiplicaba,
favoreciendo su mayor frecuenciaal no diluirse
el problema en una población mayor. El
carácter hereditario del «vampirismo» parece
estar reflejado en la tradición eslava: los
upyri rusos únicamente vampirizan a
miembros de su propia familia. Agreguemos que, en la sociedad feudal,
el señor del lugar y tal vez el mismísimo
conde Drácu la tenia o se tomaba derechos
sobre la población bajo su dominio, distribuyendo generosamente sus genes
entre las mujeres de los labriegos y aldeanos.
Muchos hijos bastardos de los nobles valacos
podrían llevar la predisposición a la porfíria
y transmitirla a su descendencia.En tal caso, tal vez fuera relativamente
alta la probabilidad de que un enfermo de porfíria
(un «vampiro») pudiera atacar a una víctima portadora de predisposición
genética para la misma enfermedad,
y ésta se desatara a partir del shock
por pérdida masiva de sangre: la victima del
vampiro se convierte en vampiro.
un
sello de Drácula con una
inscripción en
esloveno antiguo
en la que nombra a Vlad como «señor de la
guerra por la gracia
de Dios».
Hacia
1437 ¡as tropas turcas invadieron Valaquia.
Ante el riesgo de
perder el trono,
Vlad optó por
rendir honores y
ofreeer tributos
al sultán,
quien le pidió además tropas y provisiones. En
e¡ grabado, una invasión turca.
Vlad
se hizo célebre por su patriotismo y )a
crueldad que desplegó para defender su
territorio. Condenó a miles de prisioneros a morir empalados. En la ilustración,
Vlad aparece almorzando rodeado de algunas de sus víctimas.
En
los pueblos de Eu-ropa
oriental, el odio a los lobos estovo vinculado
alos sentimientos
religiosos y al
rechazo de los
seres satánicos, vinculados a vampiros
y brujas.
Batalla
entre rumanos (a.
la derecha de fa
figu-ra) y húngaros.
Según
una descripción.
Vfad Tepes era bajo, corpulento
y musculoso. «Su apariencia
era fría e inspiraba cierto espanto.»
Rostro rojizo y
delga-do. cejas negras y tupidas,y pestañas largas que daban sombra a
los ojos. le
daban un aspecto amenazadora.
ETIMOLOGÍA
DE «MURCIÉLAGO»
S i alguien mencionara a los murciégalos, en general. se diría está
cometiendo un error í advertirás tal vez que ésa y no otra es la forma
castiza original y muy correcta, por cierto de designar a los quirópteros,
sean vampiros inocentes insectívoros, En diversos idiomas los murciélagos
reciben nombres que se relacionan con los ratones, aunque desde el punto de
vista zoológico no tengan nada que ver con los roedores. En francés se
denominan cham’es s es decir «ratones calvos». En alemán. Fledermaus
significa literalmente «ratón que vuela». En catalán es rat penar. «rata con
alas».
El Diccionario de la Real Academia Española. consigna al menos tres nombres
para estos alados visitantes nocturnos: murciégabo y murciélago.
Las tres palabras den van de mur. antiguo sustantivo castellano que designaba
a los ratones. De ahi provienen el color múrrino ---gnsra.tón y e p ratones.
Por el reducido tamaño de sus ojos, en España alguna vez se habrá comenzado
a llamarse animal «ratan ciego»: niur ciego. «Ceguillo» y «ciegalo» son
diminuti vos do «ciego» y de ahí surgen con toda corrección. muscegur ib y
rnurciegalo.
Murciélago. que es la forma actualmente mas frecuente, es termino que se ha
originado por una posterior transposición de silaba.
El
aspecto de los murciélagos produce reacciones
de rechazo en la mayor parte de las
personas. aun cuando en
general se trate de animales inofensivos,
importantes destructores de insectos.
Las
alas de los murciélagos están
consti tuidas
por una membrana que une los dedos de las manos. característica
es fa a la que
deben el nombre récmco de quirópteros.
Retrato
de la Condesa Sangrienta, Elizabeth Batnory.
Nacida en Hungría
en 1560. se caso con el
.general Ferencz
Nadasdy. Tenia por costumbre beber y bañarse
sumergida en
sangre de doncellas.
El
aragonés Félix
de Azara (1746-1821) fue un típico exponente
de la Ilustración. Estudió filosofía
y luego ingeniería. Vivió
veinte años en
e¡ Rio de ¡a Plata. estudiando su naturaleza y
sus gentes.
En
n ues tro país
se man-tiene la
costumbre de designar como padrino
del séptimo hijo varón al presidente de
Ja Nación.
Un modo de estimular
la natalidad y quizá
de aventar el recelo sobre «el lobisón» que
despiertan esos niños.
EL AJO TALISMAN
CONTRA VAMPIROS
La tradición nos
enseña que la prevención contra los vampiros está al alcance de la mano: el
crucifijo, la hostia consagrada y el ajo permiten que
la gente duerma protegida de un eventual
ataque. De estas tres armas efectivas, las dos primeras son fáciles de explicar
en el contexto de pueblos milenariamente católicos,
que enfrentaban a un enemigo demoniaco. Pero el ajo no guarda una relación
tan clara con la cuestión. Sin embargo, parece
estar demostrado científicamente que. también
en este caso. hay una razón de ser para esta creencia. El ajo se ha usado
como condimento desde la más remota antigüedad.
Infaltable. pero no siempre bien reputado. Los labriegos,
sumidos en la miseria,
se mantuvieron por siglos comiendo básicamente pan. ajos, cebollas y vino
aguado, de donde el olor a ajo se convirtió en
signo de baja condición social. Tirso de Molina en El amor médico
dice:
-¡Los ajos han de
vencer! Pues aquí ,•
somos villanos?
- Calla.
-Somos castellanos,
y allá no se usa comer sino entre rústicos bajos, ese cavador manjar.
Y Don Quijote amenaza: «Tomaros he yo. don villano.
harto de ajos. y amarraros he a un árbol,
desnudo como vuestra madre os parió, y no digo yo tres mil y trescientos,
sino seis mil y seiscientos azotes os daré...».
En otro pasaje recomienda a Sancho Panza: «No comas
ajos ni cebollas, porque no saquen por el olor tu villanía...».
Sin embargo, desde hace milenios y sorteando los
prejuicios clasistas, el ajo tiene fama de poseer virtudes medicinales. Se
le atribuyen propiedades antisépticas,
hipotensivas. expectorantes y
antiparasitarias. Los atletas griegos se estimulaban con ajo antes de las
competencias. Louis
Pasteur descubrió, en el siglo pasado, que el ajo posee acción
antibacteriana. Y entre las tantas virtudes atribuidas al ajo aparece la de
espantar a los vampiros. En 1978 una revista
médica norteamericana publicó un trabajo científico
en el que se exponía por primera vez que
algunos extractos del ajo producen un bloqueo
en la coagulación de la sangre, al inhibir la agregación
de plaquetas (las células sanguíneas
responsables de la formación de coágulos). Cuando se produce una herida, las
plaquetas que circulan por la sangre se adhieren al colágeno de la pared del
vaso sanguineo dañado, iniciando el complejo
proceso de coagulación y cicatrización de la herida. Estudios posteriores
confirmaron que en comunidades que consumen grandes cantidades de ajo el
tiempo de coagulación de la sangre es mayor. El ajo también es bueno como
protector contra la aterosclerosis. El
«cavador manjar» podria emplearse en la
prevención y tratamiento de dolencias cardiovasculares que se producen por
formación de coágulos libres. Se ha logrado aislar las sustancias que
contiene el ajo y caracterizarlas bioquímicamente,
resultando en diversas publicaciones sobre sus propiedades y efectos. Sobre
estas bases, el doctor Dolphin ha dado una
explicación llamativa acerca del efecto del ajo sobre los vampiros. El
citocromo P-450
del hígado, entre otras funciones, elimina del
cuerpo ciertas sustancias insolubles en agua,
haciéndolas solubles. Se ha demostrado que el grupo
bem que forma parte del citocromo P-450
puede ser destruido durante el metabolismo de una gran variedad de
medicamentos y la misma reacción se produce con una sustancia que contiene
el ajo. llamada aiquildisulfúro. El
consumo de ajo, entonces, puede empeorar el estado de salud de los enfermos
de porfiria. En una persona sana, el
metabolismo del hem se normaliza rápidamente
después de haber comido ajo, pero en un enfermo de porfiria
la alteración metabólica derivada puede ser
grave. Es lo que menos necesitan los vampiros, y se comprende que el ajo los
espante.
Asi es como la leyenda podria quedar explicada, en gran medida,
sobre bases científicas. Habrá que admitir que
una parte de esta interpretación se basa en inferencias que deberían
probarse independientemente, pero vale la pena tratar de sustraer la leyenda
de su ámbito de superstición. Tal vez haya otras explicaciones posibles,
pero creer que una tradición tan compleja no es más que un producto de la
ignorancia, carente de todo contacto con hechos reales. tampoco es una
actitud adecuada a la hora de analizar creencias populares que también
forman parte de la Historia.
RESABIOS DE MiTOS ANTIQUISIMOS
ante
nuestro lobisón. como el hombre lobo y el mismo vampiro - ‘fl que tienen la
facilidad de convertirse en fieras. pertenecen ala
antiquísima tradición de los za atropas (hombrés que se transfor-
man en animales En esta nota se comentan algunos aportes de la
medicina que permitían rastrear la razón del aspecto físico de
estos estos malhadados. pero no todo es explicable por reste medio.
Con segundad la leyenda se remonta a los griegos y muy proba-blemente. antes
que ellos, a tiempos remotos de los que no queda suficiente registro. Su
raíz es tan antigua que. por mas, que retrocedamos en el tiempo, no
hallaremos la punta de la madeja. que debe de estar atada al origen mismo de
la Humanidad.
Lo sobrenatural como cuerpo en la mente de los’s hombres. para crear un
mundo de dioses vespirilus. tanto protectores como dañinos, pero siempre
merecedores del mayor de los respetos.
Que los brujos toman forma de animales en especial lobos’ creencia difundida
por pueblos muy diversos de Europa, Asta y A merica. Heródoto cuenta que en
Escitia -iyo hablar de hombres que se convertían en lobos una vez al año,
para luego volver a su figura humana. pero agrega «no pudieron hacerme creer
en tales cuentos, aunque ellos no sólo los cuentan sino que juran que son
verdad A los hombres lobo se refirieron también Marco VanÑi. Plauto. Ovidio.
Virgilio. Más tarde Plinto. San .Agustin y otros. Aparecen vampiros en Las
mil y una noches, yen Europa central existen textos sobre. ellos por lo
menos desde el siglo x. También en América del Sur existía una amplia
colección de mitos zoontrópicos antes de la llegada de los españoles, como
el vaeuareté-ahá. el yaeuarón. el runa uturrunco y muchos mas.
Lógicamente. que predominan los que se convierten en tigres y no en lobos,
que. aquí no los hay.
Durante la Edad Media el numero de seres demoníacos cierto hasta convenirse
en una comunidad impresionante. Jean de Wier publicó, en Basilea en 1568, el
libro De Preuigiis. donde lectores de cada una. comandados por 72
príncipes infernales. entre éstos algunos se asociaban con lobos o
compartían algunas caracteris- ricas con los monstruos que nos interesan.
Por ejemplo, Andras cabalgaba lomas de un lobo; tenia cuerpo lleno de llagas
y colmillos largos y agudos. siempre visibles como si no tuviera labios: A o
Amman dejaba ver sus caninos muy afilados y se mostraba como un gran lobo
negro con cola «le serpiente...
Las inhibiciones sexuales del mundo occidental .ampliaron estos mitos. Según
la leyenda, el vampiro puede tener relaciones carnales con su viuda u otras
mujeres. las películas muestran cómo el muy maligno se cuela por la
cerradura o por debajo de puertas y ventana’,
Esto tampoco es nuevo, ni corresponde sólo a los vampiros. de
violaciones sexuales. por si o a traves de sus enviados. Los íncubos eran
demonios impúdicos y lascivos que cohabitaban con las mujeres. sin
distinción de edad.
esta condición: los similares, pero adoptaban el rol femenino, seduciendo a
las hombres para hacerlos condenar por el pecado de lujuria. Para lograrlo
podían colarse en las habitaciones como espíritus aereos.que luego se
corporizaban. En particular daban te de estos las pobres monjas medie tales
que. sometidas a encierros’ que no podían cometer en los hecho’ en
estados histéricos de alucinación sexual. [ pesadillas las persuadían de
que. pese al celo con que cerraran todos los accesos posibles, los
penetraban mediante vapor a través de las rendijas (lo que también puede
haber servido de oportuna excusa en mas de una ocasión).
En Grecia aun rige la costumbre no responder á se llama a la persona dos
veces por su nombre. porque el vampiro sólo puede llamar una vez y quien le
responde está dando su cansen-cimiento para que venga mas tarde a chuparle
la sangre. ¿alude claramente al recato que deben guardarlas mujeres en la
calle para mantener su virtud, no respondiendo a quien pudiera seducirlas?
A nuestro lobisón tampoco le faltan connotaciones sexuales.destinadas a
imponer determinado orden en las costumbres. En el sur de Brasil se cree que
el lobisón es un hombre que cometió adultero con su comadre. La mujer
lobisón es similar al aunque y en sus merodeos nocturnos sabe sedu ira los
hombres. Tal vez también haya algo de eso en la creencia de que el lobisón
buscan entre la’ piernas y. si logra pasar. se libera de su desgracia la
recibe ella que se descuido.
En Chile. la calchona es un ser mitológico que tiene cierta emejanza con el
lobisón. Aparece como un perro furioso que puede atacar al hombre. pero
cumple un papel y aunque astiga a las hilas desobedientes y a las mujeres
infieles.
La creencia de que los muertos pueden levantarse para comer la carne de los
vivos viene de la más remota antigüedad. Tal vez por esa se acostumbraba a
colocar alimentos en las rumbas. para asegurarse de que su va a buscar a los
sobrevivientes. En distintas partes del mundo. cuando se desee tabaque un
cadáver no se había corrompido después de entenado, se lo reputaba de
vampiro y era de rigor exhumado para destruirlo, las mas de las veces por el
fuego. En Europa se enterraba a los suicidas en los cruces de caminos,
atravesados con una lacia para que no pudieran andar. El motivo real era
evitar que se convirtieran en vampiros. esa costumbre no t’ueprohibidaen
Inglaterra sino hasta 1524.
Se dice que para librarse definitivamente de un vampiro hay que atravesar su
corazón con una estaca y cortarle la caben Por eso alas asesinos muertos
también los decapitaban... en todos estos antecedentes. resulta muy
sugestivo comprobar que cortarle la cabeza al muerto era un rito
enterratorio que ya se practicaba en el Neolítico.
Es por entonces, que ni siquiera sean realmente originales las referencias a
hombres lobo y vampiros que aparecen en los documentos mas antiguos. sino
que sus a sólo deben de haber sido los primeros’sque ‘ en letras lo que la
tradición oral repetía desde el Cromagnon.
Recibimos una tradición que va milenios hacia atrás. €‘on el tiempo el
paganismo rural. el miedo a la naturaleza y la religión como factor de
poder esta mezcla de creencias&que en algunos sitios suelen atemorizar
a agente. El homhreactual, sin saberla, sigue recitando muchas de los
cuentos del hombre de las cavernas, cuando en los largos inviernos de
enclaustramiento se yeta acosado por un mundo
j,Ç.
uN OSO QUE SE CONVIRTIÓ
EN HOMBRE:
Existe una gmn diversidad de mitos zoontróptcos- -hombres que se transforman
en animales peligrosos— pero la mitología sudamericana da al menos un
ejemplo inverso en la leyenda del ucuntaru.
En Perú perduran viejas tradiciones incaicas según las cuales se debe temer
a este sex con fon de oso, que vive en cuevas y quebradas. y frecuenta las
orillas de los nos. Su leyenda tiene tintes sexuales ya que rapta mujeres
para llevarlas a su guarida. y procrear. Los descendientes varones heredan
sus características y continua» su andanzas, Tambic habría e fenomenos,
capaces de raptar jóvenes, para hacerse fecundar por ellos. Los habitantes
antes de las zona& boscosas de hiiquisaca (Bolivia) lo llaman jukinnaa.
Como el imperio incaico expendio sus fronteras hasta país en el siglo xv,
este mito, con el nombre de twumar, se conocen todo el noroeste argentino
hasta Santiago del Estero. Sin embargo. el aspecto del Tucumán o Tucumán
varía conservando una condición de hombre- oso, pero en distintos grados de
hibodacuon según la zona. La descripción va pasando gradual mente desde un
oso muy peludo do. con eternos rasgos humano ides hasta un hombre enorme,
bestial. hirsuto, de larga barba y frente angosta.
Es destacable que en toda América del Sur se registra una única especie de
urdidos. el llamado «oso de anteojos». al que Cah Yepes mencionan
precisamente. con el nombre de Tucumán, Su área de distribución abarcaba
gran parte de I re andina, desde Venezuela hasta Perú y vía, donde se nace
la 1eye pero no hay evidencia de que alguna vez haya habitado territorio
argentino. por lo tanto, un oso no formaba parte del conocimiento usual en
nuestras provincias
Los mitos asientan sobre la autenticidad de la tradición que se transmite en
forma oral. pero tambien necesitan de un sustento aunque sea mínimo. para
canalizar a través de la leyenda los temores que produce algún hecho
concreto de la naturaleza. Cuando no existe ninguna relación entre lo que
cuentan las viejas y lo que se puede observar alguna vez en la realidad, la
creencia se debilita o se adaptando a algo más concreto. que merezca ser
temido. «l ni .sombras me asustan 1 ni bultos que se menean..
Nac..
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