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RUINAS DE
ZIMBABWE
En la actual República de Zimbabwe en el África
sudoriental, la antigua Rhodesia, y muy cerca de la ciudad de Fort Victoria,
existe un conjunto de ruinas descubiertas por casualidad en el año 1.868 por
un cazador bóer llamado Adam Renders, aunque ya existían referencias a una
ciudad perdida en esa zona cuyos orígenes se remontaban a tiempos
remotos.Los nativos de la zona donde se encuentran estas ruinas desconocen
por completo cualquier referencia a sus posibles constructores. No existe un
nexo de unión entre los actuales pobladores y aquéllos quienes levantaron
estas colosales construcciones. limitándose a denominarlas con el nombre de
"Zimbabwe o Simbabue", que viene a significar "residencia real", aunque no
hay quien falte en afirmar que el nombre está compuesto por dos palabras, "simba"
y "mabgi", choza y piedras.No es hasta el año 1.871 que empiezan distintos
investigadores a sentir un especial interés por estas enigmáticas ruinas,
con el geólogo alemán Karl Mauch a la cabeza. La total ausencia de
inscripciones en todo el recinto ha hecho imposible identificar al pueblo
que erigió esta ciudad en el corazón de África. Centro minero fenicio,
emplazamiento árabe, la mítica Ofir, donde se supone que estaban emplazadas
las minas del Rey Salomón, o simplemente una ciudad de un pueblo africano
desaparecido y que no dejó rastro. Todas estas teorías no han llgrado salir
del campo de la especulación.El diseño, materiales, y técnica empleadas en
la construcción de esta ciudad, señalan claramente que sus constructores
disponían de unos conocimientos que la ciencia oficial no ha catalogado
jamás en ningún pueblo del África primitiva.Son famosas sus torres cónicas
de varios metros de altura, en forma de silos sin ventanas o cualquier otro
tipo de abertura al exterior, muy parecidas a las que existen en la lejana
Machu Pichu en Perú, conocidas con el nombre de "cámaras de los hombres
voladores". Son sorprendentes los muros del Templo, que alcanzan un grosor
medio de 4 a 5 metros, por no hablar de algunas de las torres cónicas a las
que haciamos referencia anteriormente, que llegan a superar los 9 metros de
ancho. Entre sus murallas se han encontrado valiosos objetos de procedencias
geográficas muy distantes, desde porcelanas chinas a perlas de Arabia. Su
extraño diseño de construcción contiene estilos que recuerdan también a
puntos muy alejados, como sería el caso de algunos templos de la India y de
Indochina.
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