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POR:PABLO BIZON CLARIN 18/02/2001
Todos los 22 de octubre y 22 de febrero, los rayos del sol que se levantán' enérgicos sobre el horizonte sobrevuelan el río Nilo e ingresan 60 metros dentro del Gran Templo de Abu Simbel, para alcanzar el santuario e iluminar el rostro de la estatua de Rarrisés 11. Las estatuas de Amón-Ra y de Ra-Harakhte también reciben los rayos del dios egipcio más venerado, pero no así la de Ptah: en el antiguo Egipto, Ptah era un dios no-solar..
El genio de los arquitectos egipcios sigue vigente más de 3.200 años después de haber diseñado Abu Simbel: al permitir el ingreso de los rayos del sol, el templo continúa recordando las fechas de cumpleaños y coronación del faraón Rarrisés 11. Desde la reinauguración del complejo
La estatua de RamisésII, en el Gran Templo, recibe el sol M amanecer sólo dos veces al año
en su nueva ubicación, esto sucede con dos días de atraso.
Los templos de Abu Simbel se levantan cerca de la frontera con Sudán, casi 1.200 kilómetros al sur de El Cairo. A orillas del lago Nasser, y rodeados por el más abrasador de los desiertos, son considerados una de las maravillas de la humanidad y uno de los mayores tesoros de la antigüedad.
Testimonio de una civilización que sigue asombrando a estudiosos del arte, arqueólogos, historiadores y simples visitantes, el complejo señala el extremo sur del fabuloso Egipto faraónico, el límite hasta el que extendió el imperio Rainsés ll, el principal faraón de la XIX Dinastía, que reinó entre los años 1320 y 1200 antes de Cristo. Rainsés 11 supo recuperar la grandeza egipcia que parecía perdida, con obras cuya magnificencia iguala a la de los primeros faraortes, que 1.500 años antes habían construido las grandes pirámides.
Abu Simbel fue horadado en la roca de la montaña, y posee dos templos, el mayor de ellos dedicado al culto del Dios Sol (Ra-Harakhte), y el segundo en honor a la diosa del amor y la belleza, Hathor, y a la segunda esposa de Ramsés, Nefertari. Se cree que Nefertari era originaria de Nubia, la región en la que está erigido el templo (hoy dividida entre Egipto y Sudán); ésta sería una de las razones por las que el faraón eligió este sitio -alejado de las principales ciudades- para homenajearla.
El Gran Templo es considerado uno de los mejores ejemplos de la arquitectura del antiguo Egipto. Tiene una fachada de 33 metros de altura y 38 de ancho, y vígilan su entrada cuatro colosales estatuas de Ramsés, de 20 metros de altura. Entre las piernas de los gigantes se levantan estatuas más pequeñas de la familia del faraón. En la parte superior, 24 babuinos sentados representan las horas del día y saludan la llegada del sol, y sobre la entrada, da la bienvenida una estatua de Ra, el dios sol, con cabeza de halcón.
Historia tallada en piedra
Los muros interiores están cubiertos con relieves de temas religiosos y seculares, como los que recuerdan las victorias de Rarnsés 11 sobre varios enemigos. Bu¡tres de alas desplegadas que decoran el techo representan a la diosa Hekhbet, y entre los dos últimos pilares del atrio se enumeran todos los edificios erigidos por el l'araón en honor a Ptah, patrón de Menfis (principal ciudad del Imperio Antiguo).
El vestíbulo -con imágenes de Rarrisés protegido por distintas divinidades- y el santuario están acompañados por ocho salas, estrechas y con techo bajo, que se usaban
ornamentos religiosos. En el exterior del templo, una serie de estelas talladas que conmemoran episodios de la vida del faraón desafian estoicamente el sofocante calor, con temperaturas máximas que, entre junio y setiembre, promedian los 41 grados.
A 50 metros se levanta el templo de Hathor, dedicado a Nefertari, también tallado en la roca aunque menor que el anterior. Su fachada tiene cuatro estatuas de Ramsés y dos de Nefertari, de 10 metros de altura, y las paredes interiores representan al rey derrotando a enemigos del norte y del sur. En el santuario, una figura de Hathor, representada como una vaca, sobresale de la montaña y protege al rey.
El espectáculo de luz y color que se desarrolla cada noche en Abu Simbel permite una aproximación distinta, pero igualmente fascinante, a uno de los más espectaculares legados del antiguo Egipto, una de las mayores y más misteriosas civilizaciones de la historia.
IMPERDIBLE
Desde la década de 1960, Abu Simbel es una obra "doblemente faraónica", ya que la construcción de la represa de Asuán y la formación de¡ lago Nasser -el lago artificial más grande de[ mundo- amenazaron con dejar bajo las aguas a los milenarios templos.
El gobierno egipcio pidió ayuda a la UNESCO, y la organización, tras analizar distintas propuestas, decidió que la solución más adecuada era desmontar y trasladar las construcciones. Así, durante tres años, 3.000 personas se dedicaron a cortar templos y estatuas en 2.000 bloques, para rearmarlos íntegramente 60 metros más arriba, a salvo de las aguas.
Abu Simbel fue reinaugurado en su nueva ubicación en 1968, casi 3.200 años después de que los inauguraran Rarnsés 11 y Nefertan. Gracias a esta nueva obra faraónica, el rostro de¡ gran faraón puede seguir recibiendo los rayos del sol dos veces por año, aunque ahora -debido al cambio de lugar- dos días mas tarde de lo que correspondería.
DATOS UTILES
Cómo llegar.A El Cairo por Alitalia, vía Roma o Milán,
A Abu Simbelse puede volar Escala en km por aerolíneas ew
locales desde El Cairo (dos horas) o Asuán (40 minutos,) incluye El Cairo, Giza (pirámides), Luxor y otros templos, más un crucero a Asuán . A Abu Simbel,
Dónde alojarse. La visita a Abu Simbel suele realizarse por el día, pero para los que quieran quedarse a disfrutar del espectáculo nocturno de luz y color, en la zona hay hoteles .
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