|
AVDA. DE LAS
PICADURAS DE VIRUELA
¿Qué hacen miles y
miles de agujeros, unos detrás de otros en el suelo?.
No, no es ningún chiste ni adivinanza. Todos aquellos que estamos
interesados en los enigmas que rodean a las antiguas civilizaciones, que en
su día habitaron la zona de los Andes y aledaños, estamos acostumbrados a
oir hablar de las maravillosas figuras de "Nazca" y támbien de las menos
conocidas de "Arica". Del impresionante "Candelabro de Paracas", las
formidables construcciones de "Tihuanaco", el "Puma-Punku" y el "Kalasasaya".
Las asombrosas murallas de "Sacsayhuamán" o la belleza inigualable de "Machu-Picchu".
Y así, un gran número más de zonas y lugares que sin gran dificultad
podremos encontrar en nuestros libros y artículos de consulta, donde docenas
de hipótesis sobre su origen, construcción y utilidad machacan nuestros
ansiosos deseos de conocimientos.En el libro de Erich Von Däniken, "Reise
nach Kiribati. Abenteuer zwischen Himmel und Erde", (en su versión al
castellano "Viaje a Kiribati", Editorial Martinez Roca, año 1.981), podéis
encontrar sin duda, uno de los mayores enigmas hsta ahora planteados a la
Ciencia, y muy concretamente a la arqueología, pero que como de costumbre,
ignora o menosprecia.Según nos narra el autor del libro, durante el 5º
Congreso Internacional de la AAS, (Ancient Astronaut Society) en 1.978, él
mismo, recibió dos fotografías de uno de los asistentes al congreso. En
estas viejas fotografías aéreas, se podían observar miles y miles de
agujeros "como los que dejaría en una masa de harina la tabla de hacer
fideos", una gigantesca "cinta perforada", que a lo largo de kilómetros y
kilómetros se perdía en el horizonte.Tras arduas investigaciones, Däniken
localizó "La avenida misteriosa de las picaduras de viruela", tal y como la
denominaban desde hacía cientos de años los indios del lugar, y ubicada en
las proximidades de la pequeña ciudad de Humay (Valle de Pisco), muy cerca
de la Autopista Panamericana, la misma que cruza las famosas figuras de
Nazca, a unos 180 kilómetros más al Sur de este enclave.Uno tras otro, con
un diámetro aproximado de un metro y una profundidad igual, formando una
banda que llega a alcanzar hasta los 24 metros de ancho, estos agujeros
vacíos estaban excavados en el pedregoso, seco y siempre duro suelo del
lugar, donde la lluvia brilla por su ausencia, dificultando aun más la labor
de picar el terreno. En definitiva, éstas y otras teorías, cayeron sin pies
ni cabeza después de un concienzudo análisis sobre el terreno.Nunca más
hemos oído hablar de este lugar. Ningún libro, ni revista, ni documental de
TV, etc, ha tratado que nosotros sepamos este enigma. Un enigma que al igual
que el resto, está esperando a ser descubierto. Pero éste, el enigma de "La
avenida misteriosa de las picaduras de viruela", permanece totalmente
desconocido para la inmensa mayoría de los investigadores, agravando aun más
el problema de su solución.
|
|