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En el embarcadero de Chiapa de Corzo o en el de Cahuaré,
un balneario a orillas del río, se abordan las lanchas que realiza el recorrido
por el cañón. Es un viaje por uno de los lugares más espectaculares de México y
de profundo significado para los chiapanecos. Aparece en el escudo de Chiapas
pues fue escenario de la batalla entre españoles y chiapanecas que dio origen a
la leyenda que cuenta que los indígenas prefirieron lanzarse a las profundidades
del cañón antes de ser sojuzgados por los invasores. El triunfo Español motivó
que Carlos V otorgara a la capital de la provincia, la actual San Cristóbal, el
escudo que ahora pertenece a todo el Estado. Recorrer el cañón requiere un
atento sentido de observación pues el interés no sólo reside en la formación
geológica sino también en la fauna, la flora y la arqueología. Desde el punto de
vista geológico, se trata de una serie de fosas que a partir de su apertura
original, en el agua a erosionado con el paso del tiempo. Su forma actual se
empezó a modelar hace por lo menos 12 millones de años. A lo largo del Sumidero,
es posible apreciar los estratos sedimentarios que constituyen sus paredes, las
cuevas y las cascadas que se han marcado su forma pétrea derivada de la
disolución de las calizas. La
mayoría de las cascadas son temporales; entre ellas destaca la conocida como
"Arbol de Navidad". La vegetación es riquísima y varía según las condiciones de
humedad, exposición al sol y tipos de suelo. En cuanto a la fauna, son
abundantes las aves pero también se puede llegar a observar algunos ejemplares
de monos y cocodrilos. A la entrada del cañón, escondidos entre los árboles,
yacen los restos de un centro ceremonial chiapaneca, tal vez dedicado a
Mandanda, la diosa del agua, que posiblemente fue uno de los escenarios de la
conquista. Hay versiones diferentes acerca de las dimensiones del
cañón. En el caso de su longitud, varían de 13 a 22 km, en función de lo que se
tome como punto inicial y final. Lo mismo ocurre con su anchura, que va de los
200 m al nivel del agua a los 2 km en la parte más alta. Más controvertida es la
altura máxima, que según los libro varían entre 700 y 1400 m. Después de la
construcción de la presa Manuel moreno Torres y el aumento consecuente del nivel
de las aguas, se puede afirmar que la altura máxima de las paredes difícilmente
sobre pasas los 800 m.
Es posible también conocer en automóvil el Parque
Nacional, por una camino pavimentado que parte de Tuxtla Gutiérrez hacia cinco
miradores, La Coyota, El Roblar, El Tepehuaje y los Chiapa, este último a 22 km
de la capital. La visión desde lo alto y una vegetación rica y cambiante hacen
muy diferente la experiencia de la visita terrestre.
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