El rescate
El 22 de diciembre de 1972, a media tarde, después de que los. carabineros chilenos recibieron el mensaje
de-Auxilio, varios helicópteros y una expedición terrestre partieron haciá
l Sosneado. Cuando la sombra del primer helicóptero se proyectó sobre el destrozado fuselaje del Fairchild
, los sobrevivientes alzaron sus brazos y gritaron con las pocas fuerzas que les quedaban. Casi todos tenían serias quemaduras en la cara y en las manos, golpeadas sin cesar por el frío, el viento y el sol. A eso se le sumaba
a desnutrición y la deshidratación. Según los médicos, resistieron tanto rigor debido a su juventud y a su perfecto estado físico de deportistas muy bien entrenados. Fueron llevados al valle de San Fernando, oyeron misa y esperaron la Navidad en el Sheraton de Santiago de Chile rodeados por decenas de periodistas de todo el mundo.
Durante la primera semana posterior al accidente, aviones de la Fuerza Aérea Argentina partieron continuamente desde El
Plumerillo (Mendoza) y sobrevolaron palmo por palmo la montaña en busca de algún indicio de vida. En dos de esas expediciones hubo un redactor y un fotógrafo de GENTE. Esta foto fue tomada desde el avión que volaba en escuadra muy cerca del
que llevaba al redactor. Todos los intentos fueron inútiles: a pesar de haber pasado varias veces por el lugar, la blancura de¡ paisaje y la reverberación de¡ sol apenas permitieron ver nieve, hielo y picos de montaña.
A pesar de la dramática decisión de comer carne humana como único modo de
sobrevivir algunos llegaron al día número 70 con el último aliento.
Vestidos con la ropa de los compañeros perdidos, protegidos sus ojos con lentes improvisados, fabricando agua potable a partir de/ hielo y alimentándose de -su gran conflicto moral- los cuerpos de los pasajeros muertos, sólo podían esperar un
milagro. Y el milagro -ayudado por el esfuerzo y el coraje se produjo: el 22 de diciembre de 1972, los 16 uruguayos saludan con los brazos en alto la llegada de los primeros helicópteros de rescate. Esta escena sintetiza el principio de una leyenda...
De una leyenda que impulsa a GENTE a una de sus notas más riesgosas y ya históricas en el periodismo., un redactor (Alfredo, Serra) y un fotógrafo (Eduardo Frías) llegan a caballo hasta el avión, se refugian en
el y cuentan vividamente ese experiencia.
Los héroes de la nieve
El avión -un Fairchild F-227 de la Fuerza Aérea Uruguaya- despega de Montevideo
el viernes 13 de octubre de 1972. Hace una corta escala en B Plumerillo (Mendoza) sigue rumbo al aeropuerto de
Pudahuel Santiago de Chile), destino final. comandante: coronel Julio César Ferradás Benítez, con dos décadas de experiencia en todo tipo de aviones. A bordo van 45 pasajeros: entre ellos, el equipo completo de rugby de¡ colegio secundario uruguayo Old Christians, invitado a jugar una serie de partidos con estudiantes chilenos, El mal tiempo, un error de cálculo y una posible falla del instrumental se conjuran para la
catástrofe: el Fairchild se estrella contra el pico de¡ cerro El Sosneado
(Mendoza). Saldo: 29 muertos y 16 sobrevivientes. Empieza entonces una de las aventuras más terribles y asombrosas de la historia de las tragedias aéreas. Los sobrevivientes se organizan, se abrigan con cuanta ropa encuentran, fabrican anteojos con las ventanillas del avión para evitar que el sol los ciegue, inventan un sistema para recoger agua potable a partir
del hielo y actúan a cada paso con máximo rigor y disciplina. Luego de la primera semana, y a pesar del conflicto moral, toman la decisión más dramática: se alimentan de los cadáveres, único modo de evitar la muerte por hambre. Pasan así 69 días. El día 70 (es 22 de diciembre), Fernando Parrado y Roberto Canessa salen de expedición en busca de ayuda, llegan a un río, ven a un arriero y le arrojan una piedra envuelta en un mensaje. Horas después, dos helicópteros chilenos rescatan a los 16. El 24, en el Sheraton de Santiago, flacos, con heridas y quemaduras de sol, brindan --entre la alegría y el dolor- por la llegada la Navidad.
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Páez Vilaró y dos compañeros, recién rescatados, brindan por el final feliz de la increíble aventura. Parrado y Canessa son llevados a grupa por dos carabineros luego de llegar al valle de San Fernando, tras durísima marcha, y entregar su pedido de auxilio.
El mensaje que los salvó. Lo envolvieron en huna piedra y ¡a arrojaron al otro lado de un
riacho. La recogió un arriero analfabeto y la llevó al cuartel de carabineros.
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