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El borroso límite entre fantasía y realidad tiene su
mejor exponente en esta criatura fantastica.
“Y si hay suerte, algún despistado que pasee en
la espesura de la noche tendrá la fortuna de ver pasar ante sus ojos la
inconfundible silueta del siempre mágico
unicornio”.
Es un animal fabulla santidad y dela
castidad, el unicornio era una imag frecuente en los tapices de la edad media.
Ha sidoampliamente utilzado en emblemas heráldicos.
Desde la antigüedad a
sidoobsevada por numerosas personas en lugares tan dispares como la India,
Tíbet, Persia, Abisinia, Polonia, Escandinavia, Sudáfrica, e incluso en
parajes aparentemente insólitos como Canadá o Florida en Estados Unidos.
Al parecer el último
avistamiento de este fantástico animal, si es que no fue un truco publicitario
se dio en abril de 1992 en donde el presentador de un programa alemán, Antal
Festetics,afirmó que “una medianoche me encontraba en los bosques de Harz
filmando pequeñas criaturas nocturas desde la grupa de mi caballo, cuando, de
repente, un unicornio vino hacia mí al galope. Había un aur de luz alrededor
del anal. Mi caballo relinchó y casi me tira al uelo. Entonces, tan rápido
como vino, se fue.”
Se ha dicho que el unicornio vivía en los valles del
Himalaya o en las Montañas de la Luna, que albergan las fuentes del Niño, que
existió en un pasado remoto y se extinguió hace mucho
El Unicornio posee una gran
variedad de formas, tamaños y temperamentos; hay desde el delicado Avarim
semejante al ciervo, hasta el atrevido Arweharis que custodia la
noche.
Ahora todos
los Unicornios
pertenecen a una de las Siete Casas, cada una de las cuales tiene un dominio y
un deber.
Dice
Eugnostos: “Observa al
Unicornio. Repara en su belleza. Cierra los ojos; vuelve a
mirarlo. Lo que ves, antes no estaba, y lo que estaba ya no
está”.
Las aguas de
la vida brotaron gracias a Asallam, el Penetrante, el Poderoso, el
Primogénito. Y Asallam engendró en su Jardín a Ilvilon, el
Piadoso, llamado el Amigo del Hombre; y después a Vata, que vendrá al
alba del Final de los Días. Y a Ohani, y a Kestebra, y a
Abram y a Isfendarmad, el que conoce la
tiniebla.
De estos
Siete Protectores desciende todo Unicornio de las Siete
Casas.
LOS
AVARIM
Los hombres
conocen especialmente, entre las Siete casas, a los Avarim , porque son
comunes en nuestro mundo y quienes más se ocupan de nuestros
asuntos.
Son los
servidores de los dominios occidentales y se encargan de muchos menesteres
curativos. Se acercan a nosotros, los mortales invisibles, deslizándose en el
límite de la vigilia. ¿Quién no ha gustado de la presencia de los Avarim?
Es cálida certeza de gozo y deseo cordial, surgir del espíritu, caricia del
aliento, aguda como la pena, un momento frágil, olvidado o redimido a los sueños
o a la poesía.
EL
KARKADAM
¡Que
penetrantes y profundos, sus ojos! Son dos inquisidores negros, sin fondo,
aunque azules tal los de su raza.También se
los llama Reëm. Los Kardadam son los señores de la soledad y de
las tierras desoladas. Nunca habitan largamente el mismo sitio, pero vagan sin
cesar, sin pausa, sin mancilla. De estatura mayor que la de los Avarim,
tienen la cabeza especialmente redondeada.
LOS
NIMBI
De
las casas menores los más preciosos son los Nimbi. Los más elusivos de
todos los
Unicornios, si bien, abundantísimos, jamás han ingresado a
ninguna crónica oficial. Pero los pequeños niños los conocen muy bien, pues sólo
trabajan con ellos.Los
Nimbi son extremadamente veloces y nunca más altos que dos
palmos.
LOS
KILLINA
De las Siete
Casas, los menos comunes son los Killina. Muy rara vez los ha visto el
hombre. Gozan en
incesante movimiento sin reposo; son muchas las tierras sujetas a su gobierno.
Su naturaleza secreta se manifiesta: despiden un fuego sagrado. Su enseña es un
orgulloso cuerno de tan destellante potencia que tiembla al límite de la visión
humana y son muy pocos los ojos que lo han visto. Su misterio
transcurre en este mundo entre los Reinos de Oriente, pero pocas veces necesitan
inmiscuirse en los asuntos de los hombres: sus apariciones son una advertencia
de importancia: anuncian un gran rey o un nacimiento de la mayor
nobleza. A los
Killina corresponde la custodia de las Tres Sentencias Secretas, también
llamadas los Secretos grandes, que sólo serán revelados al término de la edad
presente.
SU
OÍDO
Retraido en
el sosiego de su morada, cae el Unicornio en un sueño
aparente. Puede quedarse inmóvil durante un día con los ojos cerrados y la
cabeza erguida. Pero el
Unicornio no necesita dormir, está
escuchando.
Sus
sutilísimos sentidos no se distraen con la visión y esparce una red tan amplia
que nada –ni la caída de una hoja, ni el suspiro de la brisa, ni el chillido de
los topos, ni el crujiente crecimiento de los árboles, ni el gotear de las aguas
bajo tierra- nada escapa a su atención.
Cada pisada,
cada murmullo, incluso el producido en los distantes mares, y hasta los sonidos
que el Hombre jamás ha conocido… todo esto y más aún abraza el Unicornio en la armonía
de su mente.Este arte, o
práctica es peculiar sólo de su raza. No obstante, ha hecho creer que los
hombres también podrían dominarlo.
LA VISTA DEL
UNICORNIO
La visión de
las criaturas es agudísima, pero no se la puede comparar con la de los halcones
y otras bestias de visión precisa, porque el Unicornio ve lo que no
ve ninguna criatura.
Todos
los Unicornios se
inmovilizan al alba y contemplan el Sol naciente; quizá sea un modo de orar.
El Unicornio
, por otra parte, puede mirar sin pestañear el Sol del mediodía. Ignoro lo que
ve o lo que sucede en ese instante. Sólo sé que su vista no se daña con lo que
cegaría a los hombres.
CRIATURA
BÍBLICA
Cuando en el
siglo III a. de C. un grupo de traductores alejandrinos trasladó el Antiguo
Testamento al griego- adaptación conocida como la Biblia de los setenta-
observaron que los profetas hebreos mencionaban con cierto temor reverencial a
un animal denominado Re’em. No pudieron identificarlo, aunque se
especificaba que era feroz, rápido y astado, por lo que finalmente resolveron su
confusión acuñando el término Monokeros. Los traductores posteriores de
la Biblia, seguidores de la versión de los Setenta, tradujeron monóceros a sus
respectivas lenguas: la Vulgata dice unicornus, de donde deriva el
castellano unicornio; la Biblia Francesa, licorne, que dio lugar a
la voz catalana alicorn y la italiana licorno. Por último, Martín
Lutero escribió Eibhorn, es decir, “con un único
cuerno”.
A esta
poderosa influencia se unió la importancia adquirida durante la Edad Media de un
curioso libro, redactado hacia el 200 a. de C., que prontamente se introdujo en
ambientes cristianos. Conocido como Physiologus o Fisiólogo
Griego, es el origen de todos los bestiarios medievales, y contribuyó a
fijar en la mentalidad popular dos características que distinguirían ya para
siempre al unicornio: su ambigua relación con las virginales doncellas y el
maravilloso poder curativo de su cuerno. Si bien es cierto que estas
peculiaridades venían de lejos –Ctesias mencionaba las virtudes curativas del
asta y Carl Gustav Jung demostró que su sometimiento a una virgen figuraba ya en
las epopeyas hindúes del Ramayana y el Mahabharata-, no lo es
menos que, gracias a la mitología cristiana, adquirieron carta de naturaleza
simbólica.
La
sorprendente relación entre la virgen y el unicornio alcanzó una enrevesada
complejidad simbólica dado que, desde los primeros Padres de la Iglesia, la
criatura unicorne había simbolizado a Cristo. Se produjo entonces un paralelismo
que no hizo sin aumentar esta ambigüedad que rondaba siempre en torno a nuestro
fantástico animal, ya que si el unicornio era Cristo, la virgen no era sino
María, y su doble papel de madre del Salvador y traidora del unicornio era,
cuando menos, turbadora. Con analogías así, el cristianismo enriqueció
admirablemente la vieja leyenda al introducir conceptos esenciales y antagónicos
como la pureza, la sensualidad, el poder mágico, la fuerza, el sufrimiento y la
muerte.
EL JARDÍN DEL
UNICORNIO
Golpeo
entonces Asallam una roca desnuda, con su cuerno la penetró hasta grande
hondura y brotó una fuente de vida borbotante. Los fuegos se extinguían
dondequiera fluían esas aguas y empezaba la Tierra a fecundarse con multitud de
cosas muy fructíferas. Se alzaron grandes árboles, florecieron; y bajo su sombra
se instalaron las bestias salvajes y domésticas. Todo esto era intención del
Santo Único, y el Unicornio, el
instrumento de su querer. De este modo se formó el Jardín del Unicornio, llamado
Shamagin, que quiere decir Lugar donde hay
Agua.
El Santo
Único se dirigió entonces al primogénito, diciendo: “¡Asallam! Tú sólo
serás, entre todas mis creaciones, quien recuerde la ocasión y el modo de su
hechura, y vivirás en permanente memoria de la Luz, para ser su conductor y su
guardián. Pero jás volverás a la Luz hasta la hora final del Fin del
Tiempo”.
Y el
Unicornio , maravillado, vivió en su jardín y fue caminando hacia
fuera.
EL PRIMER UNICORNIO
Su verdadero origen yace en la hondura
del Tiempo, en ese Principio sin principio cuando todo era desierto y vacío,
oscuridad y niebla. Entonces decidió el Santo Único apartar la oscuridad
de la luz. Así se estableció concordia y equilibrio, con la tiniebla
expulsada al límite exterior y la Morada de la Luz en el mismo centro de todo.
Pero lo oscuro, apenas
situado y librado a sí mismo, adquirió peso más allá de toda ponderación, se
introdujo en las cosas y las empezó a arrastrar hacia sí conforme a sus
inclinaciones.
El equilibrio empezó a
temblar, por lo tanto, y de ese temblor emergió una resonancia, un sonido
atemorizador que circuló por el vasto vació como canto poderoso. El Santo Único
modulaba ese sonido para convertirlo en un acorde de gran dulzura, y le infundía
inteligencia para que pudiera convertirse en espíritu de armonía y en conductor
de todos los rincones del vacío. Éste, el poderoso espíritu llamado
Galgallim, giró y giro a través
de inumeradas edades, siempre en espiral
en torno a la luz central. Y aunque algunas cosas continuaban cayendo en lo
oscuro, Galgallim guiaba a otras por un sendero menos definido a las
riberas de la Luz. De este modo el equilibrio seguía manteniéndose.
Entonces el Santo Único
quiso contar con un panel donde desplegar su gran arte; ente la ribera de la Luz
y las murallas de lo oscuro dejó colgar a la Tierra en equilibrio. Encendió sus
montañas desnudas y en ellas esparció brillantes gemas que aún reflejan esas
llamas.
Entonces, el Santo Único
habló al espíritu conductor, a Galgallim, diciendo: “Te he hecho a partir
de los ocultos golfos, libre y con forma ilimitada. ¿Aceptarás una forma en la
Tierra y así prestar un servicio aún mayor?”
Y mientras la
pregunta aún se formulaba, así era acordado.
Llegó envuelto en
una nube, impulsado por un blanco torbellino. Descendió con suavidad desde los
cielos a los campos infantiles de la Tierra, aún antes que sus fuegos iniciales
se hubieran extinguido. Posee entonces el Unicornio el brillo de
la Luz , y puede apartar de sí toda oscuridad, toda tinebla. Se lo llamó
Asallam, el primer
Unicornio de los nacidos, criatura de conformación temible y para
contemplar hermosa, dotado de un cuerno de luz en espiral, señal de
Galgallim, el guía.
EL UNICORNIO Y LAS
DONCELLAS
Entre el
Unicornio y las doncellas hay un lazo secreto que los hombres no conocen.
Pues los hombres se maravillan ante el Unicornio, su visita les llena de
reverencia, o de temor, y hasta de mítico deseo. Pero en las mujeres el Entre el
Unicornio y las doncellas hay un lazo secreto que los hombres no conocen.
Pues los hombres se maravillan ante el Unicornio, su visita les llena de
reverencia, o de temor, y hasta de mítico deseo. Pero en las mujeres el
Unicornio provoca sólo la simple ternura propia de su índole; por ella el
Unicornio siente una atracción semejante a la de las abejas por la fragancia de
las flores. ¡Y hay un hermoso misterio en esta atracción! El Unicornio
gradualmente renuncia a su soledad y se convierte, si así puede decirse, en
mimado de la doncella, o en niño inocente que se somete confiado a las suaves
caricias de su madre. La Doncella, por su parte, cobra conciencia del poder
divino que sustenta todo lo viviente, y en ello reconoce algo nada ajeno a su
naturaleza misma. Cualquier mujer puede tener acceso a esta amistad: ni años
ni estado son límites, y sólo basta la castidad del corazón. Porque la criatura
no exige que ella no haya conocido el tacto de los hombres, pero sólo que ningún
ansia destemplada de ese tacto le haya cerrado la mirada interior ni volcado en
deseo hambriento de los placeres de este mundo. Pues el Unicornio vive en el
límite de nuestra dimensión, y quienes se entregan a los goces visibles nunca
podrán seguirle; pero sí los de corazón abierto y confiado. Y las mujeres
carecen de esa sed de dominio sobre los demás que posee continuamente a los
hombres. Lo que ansían el dominio no sueles tolerar el ser guiados. ¿Cómo va
entonces a elegir un guía que les señale el camino? La doncella y el
Unicornio se parecen más a castos amantes secretos. Es más probable que una
virgen que ignora los deseos corporales reciba la sabiduría del espíritu. Es
quizá por esto que de acuerdo con la tradición, el Unicornio solo podía ser
capturado con la intercesión de una joven virtuosa. En la profundidad del
bosque, el animal -atraído por el aroma de la pureza- posaría su cabeza sobre el
regazo de la doncella, y este animal fiero se tornaba pacífico y entonces los
cazadores se atreverían a capturarlo. Este sometimiento del Unicornio a una
muchacha virgen simboliza la fascinación que la pureza ejerce sobre los
corazones más corrompidos.
DONDE DESCANSA EL UNICORNIO
Esta criatura carece de morada
fija, su mansión propia es el Jardín, y siempre
recuerda que es mensajero de una tierra extranjera.
Pero hay
tiempos en que debe esperar, sencillamente, y mantenerse alerta. Por eso en el
curso de sus viajes regresa a los lugares llamados las moradas, donde puede
descansar seguro.Morada puede
ser tan sólo un nido de aplastado heno oculto en altos pastizales o un lugar
tupido en un declive oculto. También puede crearse santuario en el centro de un
ensortijado arbusto de rosas silvestres (sus flores favoritas), o buscar refugio
bajo siemprevivas cuyas largas ramas caen a tierra inevitablemente, a veces
cerca de los territorios de los hombres.
Muchos han
llamado así una morada sin saber verdaderamente lo que
era.
También los
arroyos lo atraen y la fuente de los ríos. Pero prefiere esas cámaras secretas
que la naturaleza crea a veces tras las cataratas.
DE LA CREACIÓN DEL
HOMBRE
Entonces quiso ser conocido el Santo Único, aunque Él ya conocía todas
las cosas. Se retiró dentro de Sí, y a partir de la tierra y del aire, del agua
y del fuego, su sagrado aliento compuso al Hombre, que era fuerte y bello, el
colmo de la creación. El
Unicornio se maravilló mirándolo, y de pronto volvióse modesto y
vergonzoso.
Como
Asallam no participó en la Creación del Hombre, el Unicornio lo amó aún más
y ante él se inclinó como un sirviente.
Fue
el Unicornio
entonces la primera bestia que el hombre contemplara, la primera a quien dio
nombre. Desde entonces hasta ahora el destino de ambas razas se ha ligado;
elUnicornio
conduce hacia la Luz y sólo el Hombre puede allí
seguirlo.
Y este fue el
principio de la Edad Primera.
DE LA CONDUCTA DEL
UNICORNIO CON OTRAS CREATURA
Todos los
animales lo aman; es la más afectuosa de las bestias. A pesar de su mente
superior y su naturaleza trascendente, sigue siendo hermano mayor entre los
suyos; su mera presencia les despierta un recuerdo vaga de su propia índole más
alta, de su ser por creación divina.
Cada animal
emplea algún lenguaje rudimentario del sonido o movimiento, y el Unicornio parece dominar
rápidamente cualquier señal que encuentra.
DE LOS CONCILIOS DEL
UNICORNIO
El Unicornio se
basta a sí mismo espiritualmente y no se mezcla con sus semejantes sin que medie
alguna razón; prefiere la dignidad del solitario Pero cuando surge una gran
necesidad, los más antiguos se reúnen, no obligados, de mutuo acuerdo en
algún lugar remoto, alto risco o secreto claro del bosque y allí celebran su
concilio. Mientras en la tierra los hombres descansan y duermen, los
Unicornios se quedan allí inmóviles, bañador por la luz de las estrellas. No
usan lenguaje, carecen de toda prisa, se miran a la mente y recorren con el
pensamiento todas las edades hasta la raíz misma del Tiempo cuando la Tierra era
nueva. Restaurado entonces el estado originario, los renuevan la antigua
alianza con el Hombre y confirman su fe en el Santo Único. Entonces empieza
la Memoria Grande y se evocan largas historias de las edades idas; y el concilio
se maravilla de que las cosas hayan adoptado finalmente las formas prefiguradas
cuando su nacimiento. Por fin llegan a las preguntas de la hora presente, y
disciernen las necesidades a satisfacer de las que puedes posponerse. Por
último, apenas la aurora enrojece los cerros, los Unicornios, ya en completa
armonía unificados, concentran la mente en el Fin del Tiempo.
DEL MODO COMO EL HOMBRE
SE PUEDE COMUNICAR CON EL UNICORNIO
En verdad es
antigua esta comunión entre criaturas tan dispares.
Maravilla, en verdad, este lenguaje sin
lenguas, este discurso que nadie apresará en un tejido de
palabras.
El Unicornio se solaza con
la lengua del Hombre, lo escucha desde lejos. Pero en sus palabras no encuentra
nada utilizable para la contemplación; las palabras sólo le parecen ejercicios
triviales con que el Hombre ostenta su inteligente plumaje
mental.
Su mente es
distinta. De percepción e inteligencia más agudas, carece de poder para hondas
abstracciones. También especular y discutir le son ajenos. Piensa, en cambio, a
partir de las cosas naturales, que se revelan totalmente a su visión pura.
Muchos contrarios se resuelven solos en esa mentalidad instintiva, provocando
interminables pautas y variaciones reiteradas, como armonías musicales entre
tonos por otra parte disonantes.
Si bien
Hombre y Unicornio poseen tan
distintas inclinaciones, podemos, no obstante, hablar con él. ¿Cómo, si no,
podría yo hablar de tan arcanos misterios?
El Unicornio puede disponer
su mente sobre los pensamientos de un hombre o de una doncella y discernir los
secretos allí ocultos… Y, en la delicadeza del hombre, algunos mortales
consiguen captar los sutiles movimientos del pensar del Unicornio y,
entregándose poco a poco a sus suaves corrientes, alcanzan a ver en el santuario
de su más interior inteligencia.
LOS
SUEÑOS
El Unicornio posee una
virtud singular: puede ingresar en nuestros sueños y allí
hablarnos.
Atiende
entonces, oh Soñador, cuando el
Unicornio se te
aparezca. Aunquesu palabra difiere de todas las del Hombre, podrás
comprenderlo.
Del alimento de los
Unicornios
llí donde el Unicornio ha comido de un
árbol viviente,
las ramas se llenarán de frutos
aún más abundantes.
Este mundo es
muy bueno. Se lo ha dotado de cambiante clima, las estaciones se suceden enperfecto orden, de modo que cada frto y grano madure
sucesivamente.
¿Acaso las
criaturas que alientan no comparten la abundancia? Maravilla que el Unicornio se prive de
comer y sin embargo parezca tan fuerte y armonioso. ¡Parece extraer su alimento
fuera de las murallas de este mundo!
Esto nos
permite apreciar que su lazo con la sangre es menor que el de otros animales, y
que su cuerpo no es como el nuestro. Y aunque podemos declarar con justicia que
posee forma espiritual, no es menos exacto afirmar que tiene cuerpo. Porque a
veces comparte los mismos alimentos que comen otras bestias, y come con idéntico
entusiasmo.
Pero
el Unicornio
no roba, y cuando quiere comer acude sólo a los frutos y granos maduros que la
Naturaleza abundante le ofrece libremente. Y cuando éstos son escasos,
el Unicornio
toma delicadamente las más tiernas hojas de algún
árbol.
Sólo el agua
en movimiento le sirve para calmar la sed.
El Unicornio se distingue en
muchos aspectos de otros animales, y también por su modo de comer. Porque nunca
inclina la testuz para comer de la tierra, sino que se alimenta sólo de las
ramas colgantes, de los tallos oscilantes, y muy rara vez de la mano de algún
mortal que ya conoce bien. Tampoco beberá de un arroyo o una fuente, pero
siempre busca las caídas de agua; allí bebe con la cabeza alta
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