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LOS DROPA
Existe en China una antigua leyenda que habla de la llegada de
unos pequeños hombres amarillos de diminutos y débiles cuerpos pero de
largas y anchas cabezas procedentes de las nubes, de los que rehuía la gente
por su extraña apariencia, y que fueron perseguidos para ser cazados por los
"hombres de caballos rápidos", los mongoles.Entre finales de los años
treinta y primeros de los cuarenta, una expedición china a la región
montañosa de Bain-Kara-Ula, en los confines de China y Tibet, localizó en
unas cuevas sepulturas y restos de esqueletos de seres de pequeño tamaño y
poseedores de un gran cráneo. La antigüedad de estos hallazgos se calculó en
torno a los 12.000 años. Junto a estos esqueletos se encontraron 716
extraños discos o platos de piedra.Los restos óseos encontrados en las
tumbas fueron catalogados inicialmente por el director de esta expedición a
Baian-Kara-Ula, el arqueólogo chino Chi Pu-Tei, como de alguna raza humana
desconocida, pero posteriormente y ante la presión de sus colegas académicos
de Pekin, que en todo momento trataron de ridiculizar esta teoría, admitió
la posibilidad de que los restos encontrados en las cuevas no fuesen más que
entierros ceremoniales religiosos de alguna especie extinta de monos de
montaña llevados a cabo por alguna cultura autóctona. Los discos de piedra
hallados en las cuevas junto a las tumbas de los supuestos monos de montaña,
fueron puestos a disposición de un grupo de científicos de la Universidad de
Pekín, bajo la dirección del profesor Tsum Um Nui. Los resultados finales de
los análisis y exámenes, después de 20 años, sorprendieron por su increíble
contenido, siendo prohibida su publicación por parte de las autoriades.
Pero, ¿cuál era el contenido de este informe?Los discos o platos de piedra
poseían un agujero en el centro, al igual que el de los discos fonográficos
o los más modernos CD's. De este agujero partía un doble surco en espiral
hacia los bordes, que fue considerado por Tsum Um Nui como algún tipo de
extraña escritura de origen desconocido. Estos surcos fueron sometidos a
análisis químicos, detectándose un alto contenido en cobalto y otros
metales. Cuando eran sometidos a la acción de un oscilógrafo procedían a una
brusca oscilación de ritmo, una clara señal de que en algún momento fueron
expuestos a corrientes eléctricas. Pero nada tan sorprendente como el relato
que habían sido capaces de descifrar el equipo del profesor Tsum Um Nui. En
estos discos se contaba la presencia hace 12.000 años de unos vehículos
aéreos que descendieron a la Tierra. Era el pueblo de kham o pueblo de los
dropa, y se escondieron en las cuevas por "diez tiempos", hasta el creciente
del Sol.Al igual que Chi Pu-Tei, despué de la prohibición del informe de los
discos de piedra, Tsum Um Nui fue atacado duramente por sus colegas, siendo
desprestigiado y obligado a abandonar su cátedra, a pesar de que hizo un
último intento al trasladar algunos de los discos para su investigación a la
Academia de Ciencias de Moscú y así demostrar la autenticidad de su teoría
acerca de la existencia de los dropa. Todo fue en vano. Precisamente todas
las fuentes de origen de esta información parten de la extinta U.R.S.S.,
exactamente del filólogo y profesor de la Universidad de Minsk Vyacheslav
Zaitsev y de su colega Alexander Kazantsev, que en distintos trabajos dieron
a conocer al mundo entero este descubrimiento que en su momento realizase
Chi Pu-Tei. Sin embargo, y al más puro estilo de las autoridades chinas, la
Academia de Arqueología de Pekin niega en la actualidad la existencia de
ninguna expedición a Baian-kara-Ula, la presencia de ningún disco o plato de
piedra, o tan siquiera conocer al profesor Tsum Um Nui.En 1.947 el
aventurero Karyl Robins-Evans, fallecido en 1.974, después de haber visto
uno de estos discos de piedra que había logrado conseguir un amigo, Sergei
Lolladoff, cuando era oficial del Ejército británico en la India, afirmaba
haber vivido entre los dropa, acumulando numerosa información sobre sus
costumbres, su sistema social y su historia. Una historia que, segun él,
comenzó con la llegada a la Tierra hace 12.000 años de estos seres abordo de
una nave que se estrelló entre la frontera de China y el Tibet. Todo su
trabajo está recopilado en un libro titulado "Los dioses del Sol en el
exilio".En 1.994 el investigador Peter Krassa localizó parte de los discos
en el Museo de Xi'an después de que Ernst Wegerer y su esposa, un matrimonio
de vacaciones por china y de visita en el museo de esta ciudad durante
1.974, lograsen fotografiarlos y describirlos con todo tipo de detalles. El
co-autor del libro "Satélites de los dioses: Zonas prohibidas en China"
(junto con Hartwig Hausdorf) Peter Krassa, intentó acceder a los discos y a
toda la información en el Museo de Xi'an, pero 20 años después de la visita
de Ernst Wegerer y su mujer se había perdido toda referencia a la presencia
de los discos. Sencillamente habían desaparecido.En 1.995 la agencia de
noticias Associated Press de China hacía el comunicado de un descubrimiento
en la provincia de Szechuan, junto a las montañas de Bain-Kara-Ula de una
pequeña tribu aislada hasta ese momento del resto del mundo. Esta comunidad
estaba compuesta por unas 120 personas no catalogables en ningún grupo
etnológico de la región. La característica que más llamaba la atención era
su escasa altura, el individuo más alto no sobrepasaba el metro y quince
centímetros. Nada más se supo desde entonces de esta tribu y cuál fue su
paradero por parte de las autoridades chinas.Fue descubierta por
el arqueólogo Guergui Chatski en la región de las cuevas de "Ferghana" en
Uzbekistán, antigua ex-república soviética, junto a gran cantidad de otras
pinturas rupestres. Es conocida popularmente entre los estudiosos como el
"hombre de Marte".
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