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I-CHING

 

 

"TAO TEH KING" E "I - CHING"


El "Tao teh king" condensa en un número mínimo de páginas toda la sabiduría ancestral, mística y mítica, de los pueblos del lejano oriente. En este libro se habla de muchas cosas y aunque algunos estudiosos occidentales lo hayan catalogado dentro de las obras de contenido pesimista, ello no es enteramente cierto. Existen pasajes del "Tao" que son un canto a la felicidad, que nos hablan exclusivamente del "país de la felicidad". Por lo tanto, es también un libro con claras connotaciones utópicas, puesto que en él se describe, con minuciosidad, la dicha de unos personajes que viven en un reino del que desean salir:

"Imaginemos que gobierno un país de pocos habitantes. 

Mis súbditos tendrían embarcaciones que no utilizarían.

Les enseñaría a temer a la muerte y a no ir en su busca.

Por muchos carruajes que hubiese, no viajarían en ellos.

Aunque tuviesen armas y corazas, no tendrían ocasión de usarlas.

Les llevaría de nuevo al uso de cuerdas con nudos, a la primitiva sencillez.

Encontrarían dulce su alimento. Ricos sus vestidos.

Cómodas sus casas.

Felicidad en sus costumbres.

Aunque los reinos vecinos se hallasen tan cerca.

Que pudiesen oír el ladrido de los perros y el canto de los gallos.

Los hombres de este pequeño reino no desearían nunca abandonarlo."


SIMBOLISMO DEL TAO

El "Tao teh King" consta de ochenta y un títulos, que son otros tantos capítulos, con los que su autor -Lao Tse- quiso legar a la posteridad una especie de "filosofía de la unidad esencial del Universo". Aunque lo más importante de la obra es el concepto de "Tao" que, como ya hemos indicado significa "camino vía". En los capítulos primero y cuarto, se nos habla del Tao en términos simbólicos:

"El Tao que puede ser expresado no es el Tao eterno.

El vacío de Tao es difícil de colmar.

En su profundidad está el origen de todas las cosas.

En su hondura permanece siempre.

Desconozco de dónde proviene.

Más él es como predecesor de la Naturaleza."

También en el capítulo dieciocho se habla del Tao en términos simbólicos:

"Cuando Tao se pierde, surgen la rectitud y la bondad.

Cuando el conocimiento y la sagacidad aparecen, hay grandes hipócritas.

Cuando las relaciones familiares no son armoniosas, se habla de hijos filiales y padres devotos.

Cuando hay confusión y desorden en los pueblos, se habla de amor a la patria.

Allí donde está Tao, reina el equilibrio.

Cuando Tao se pierde, surge la falsedad."

Otras versiones, en cambio, nos hablan del Tao en términos trascendentes, es decir, no lo consideran como un libro de contenido filosófico ni, tampoco, pleno de connotaciones mitológicas.


ACCION REPOSO

Lo cierto es que la riqueza interpretativa de esta obra singular no tiene parangón en la historia de los pueblos. El hecho de que el libro esté escrito en forma de aforismos, contribuye a resguardar su riqueza emblemática y mítica. Sus asertos y sentencias, a menudo contradictorias, a la par que sus descripciones plásticas, hacen que este libro singular condense en sus apretadas -y escasas- páginas toda la sabiduría del lejano oriente y que, al propio tiempo, sea estudiado por los investigadores de todo el mundo.
Sin embargo, el libro del "Tao", refleja con nitidez el pensamiento chino y aunque, indudablemente, podamos compararlo con otras obras del pensamiento occidental, lo cierto es que el propio lenguaje -ideográfico y lleno de imágenes- que se utiliza en el idioma chino hace del "Tao teh King" un libro cargado de significación variada, una obra única que refleja las diferentes tradiciones de los pueblos del lejano oriente, y la sutil ambigüedad de una sociedad milenaria. Así, el libro se propone, también, definir y acotar todo el sentido de la palabra Tao, si es que ello es posible. Así, se dice que Tao contiene dentro de sí un aspecto "Yin" y un aspecto "Yang". El primero es un principio pasivo, mientras que el segundo es un principio activo. Ambos son, por tanto, conceptos que simbolizan toda clase de contrastes, por lo demás, presentes en el universo: vida-muerte, luz-sombra, acción-reposo, positivo-negativo...


SENDA NATURAL

Pero, este singular libro que comentamos, ha sido también analizado desde perspectivas ecológicas, tan de moda en los tiempos que corren. Y, así, se ha dicho que el "Tao teh King" preconiza la vuelta de los humanos a la naturaleza, es decir, a la sencillez de la vida, a la autenticidad de los sentimientos, al verdadero origen de las pasiones humanas, libres de todo aquello que se ha demostrado, a través de los tiempos, inútil y convencional. En el "Tao..." se habla de una "senda natural". También se dice que "ser parco en palabras es lo natural". En realidad todo el libro es un canto a la búsqueda de sí mismo para, en caso de hallarse, perder el miedo a toda clase de angustias. Los caminos para encontrarse a sí mismo están descritos en el libro, pero resulta muy difícil transitar por ellos hasta el final. Y es que, por paradójico que pudiera parecernos, aunque conozcamos el camino recto, en ocasiones -por las prisas, o porque nos dejamos engañar, por comodidad- utilizamos los enmarañados atajos y nos perdemos:
"Dejadme poseer el puro conocimiento y enderezar mis pasos por el gran camino (Tao). 

Pues temo apartarme de él.

El gran camino es fácil.

Pero la gente prefiere los atajos.

Mientras los palacios reales son bien atendidos. 

Los campos están llenos de zarzas, y los graneros, vacíos.

Vestir trajes suntuosos. 

Llevar afiladas armas.

Saciarse de bebidas y alimentos.

Poseer riquezas excesivas, es inducir al robo. 

¿No es esto desviarse de Tao?"


INTANGIBLE E INVISIBLE

Cada aforismo de la singular obra que estamos comentando tiene valor por sí mismo, en la mayoría de los casos. Y muchos de los capítulos del Tao teh King guardan, también entre sí, cierta relación. Así, por ejemplo, podemos establecer cierto paralelismo de ideas entre el capítulo veintiuno y el uno respecto a las cualidades, por así decirlo, del Tao. En aquél se dice que "Tao es a la vez invisible e intangible", mientras que en éste se lee lo siguiente: "El Tao que puede ser expresado no es el Tao eterno".
Por otro lado, hay capítulos casi enteros dedicados a explicar la naturaleza de Tao. Tal sucede con las tres cuartas partes del capítulo catorce:

"Aquello que miramos y no podemos ver es lo simple.

Lo que escuchamos sin oír, lo tenue. 

Lo que tentamos sin asir, lo mínimo. 

Lo simple, lo tenue, lo mínimo, se conjugan con el Uno. 

Revelado, no deslumbra.

Oculto, no pierde su luz.

Infinito, no puede ser definido.

Retorna a la no

Es la forma que carece de forma.

Y la imagen de la no

Es llamado el misterio.

Ve a su encuentro, mas no verás su rostro. 

Síguelo, mas no lograrás ver su espalda."

El concepto de "no-existencia" indica un estado anterior al advenimiento de la existencia, por lo que no es correcto identificarlo con la nada, como quieren algunos estudiosos del pensamiento oriental: "La no-existencia es anterior al cielo y a la tierra."


AJENO A LA RAZON

Lo que ya se puede deducir, con toda certeza, es que el Tao, su propia naturaleza, no se puede definir, ni aprehender, ni asir. Nada dé esto se puede hacer con el Tao pues, de lo contrario, quedaría limitado y definido y, por lo mismo, sería un Tao falso y apócrifo y espurio. De aquí la dificultad de captar el sentido total del término usando nuestra razón, cuando sabemos que el Tao es simbolismo y significado emblemático. Por esto mismo, en el libro que estamos comentando se habla siempre del Tao mediante imágenes y, a la vez, se utiliza un lenguaje axiomático:

"El vacío del Tao es difícil de colmar.

En su profundidad está el origen de todas las cosas.

En su hondura permanece siempre.

Desconozco de dónde proviene.

Mas él es como predecesor de la Naturaleza."

Ahora podemos afianzamos aún más en la idea de la imposibilidad de conocer el Tao de otro modo que no sea simbólico, o por medio de imágenes. Todo lo cual nos lleva a concluir que el Tao encierra en sí una enorme riqueza trascendente y mítica, difícil -si no imposible- de abarcar.


ALABANZA DEL SABIO

Otro aspecto a destacar del libro que comentamos es su defensa del sabio y de la sabiduría. En ciertos países, se define al sabio como aquel que actúa sin acción y enseña sin palabras. Lo cual no quiere decir que se quede quieto, sin hacer nada; sino que, en realidad, prefiere ocuparse de realizar lo esencial y, de esta manera, es como si hubiera hecho todo, puesto que lo esencial encierra en sí todo lo accidental, Abundantes referencias hay en el "Tao teh King" a las cualidades del sabio. Y, así, se dice lo siguiente: "El Sabio, cuando gobierna, se preocupa sólo del bienestar de su pueblo y abandona el suyo propio; como consecuencia, obtiene grandes honores."
También se dice del sabio que es altruista, que personifica el bien, que no rivaliza con las personas, que no desprecia a quienes le desprecian y que el mundo entero estaría siempre en paz si todas las gentes siguieran el ejemplo del sabio.
También, en ocasiones, se dice del sabio que es humilde y que actúa con moderación y prudencia; hasta se le ha identificado con el propio Tao.
Todo el capítulo cuarenta y nueve, por ejemplo, define las cualidades del sabio exhaustivamente: 

"El Sabio no posee un yo propio.

Hace del "yo" ajeno el suyo.

Con el bueno obra bien.

Con el malo obra bien.

Y así alcanza el Bien.

Con el justo es justo.

También lo es con el injusto.

Y así alcanza la Justicia.

El Sabio vive en la paz y reina en la simplicidad. 

Considera a todas las criaturas como una madre a sus propios hijos."


CUESTIONES ULTIMAS

Las denominadas grandes cuestiones o cuestiones últimas, también se tocan en el libro que comentamos. La muerte, el sufrimiento físico y psíquico, el sentido de la vida, etc. En cuanto a la muerte se la considera como el límite de la vida, y, aquellos hombres que intentan vivir demasiado, mueren antes; al igual que los que no persiguen vivir, no son esclavos de la muerte:
"Si el hombre no teme a la muerte, ¿con qué fin amenazarle con la muerte?
Supongamos que teme a la muerte y que podemos castigarle con la muerte: ¿quién osaría entonces hacerlo?

Sólo el Supremo Ejecutor.

El que da la muerte en lugar suyo es como el aprendiz de carpintero que intenta serrar en lugar de su maestro.
Difícilmente podrá evitar cortar su propia mano."
Sin embargo, la enseñanza que debe de sacar, en muchas situaciones conflictivas, tiene mucho que ver con la entereza y la calma: "No es conveniente forzar las posibilidades naturales de cada persona ni su capacidad de resistencia."
El sufrimiento, por otra parte, es algo inherente a la propia naturaleza humana. Sin sufrimiento no hay existencia, ni vida, ni personas.


COMPLEJO Y DIVERSO

Con todo, se podría decir que el concepto de Tao no queda nunca agotado en la obra singular que estamos comentando. El capítulo cuarenta y uno es un canto al Tao, a sus características, a su diversidad y controvertida complejidad:

"Si los más altos espíritus oyen hablar de Tao.

Siguen su senda.

Si los espíritus mediocres oyen hablar de Tao.

Le dedican una media atención.

Si los espíritus inferiores oyen hablar de Tao.

Ríen en voz alta.

Esta risa nos indica la grandeza de Tao. 

Luego el proverbio dice:

"Tao, siendo luz, aparece oscuro.

Tao, siendo progreso, parece retroceso

Tao, siendo liso, parece áspero.

Tao es un cuadrado que no tiene ángulos.

Un inmenso vaso difícil de abarcar.

Un sonido tan alto que es difícil de oír.

Una forma tan vasta que no tiene contornos. 

Tao es oculto, no tiene nombre."

Pero en Tao todas las cosas se realizan."


¿TENER O SER?

Las afirmaciones de los grandes teóricos del lejano oriente apenas tienen nada que ver con las diferentes corrientes de pensamiento surgidas en occidente. El ideólogo oriental no ve el mundo de la misma forma que el investigador occidental. El milenario libro del Tao es una de las pruebas vivas de la ancestral psicología, y cultura, de los orientales. Mientras éstos pretenden librarse de toda atadura, tanto material como racional -pues, según ellos, conocer es sufrir-, los occidentales, en cambio, son más felices cuanto más poseen, ya sea cultura, prestigio, bienes materiales, etc. En el libro del Tao se ha dejado constancia de esta pretensión de vaciarse y anularse:

"Renuncia al conocimiento, y no tendrás dolor.

Renuncia a la sabiduría, y el pueblo será beneficiado largo tiempo.

Renuncia a la benevolencia y rechaza la rectitud, y los hombres retornarán al deber filial y al amor paterno.

Renuncia al engaño y arroja la usura, y no habrá más bandidos y ladrones.

Sin embargo, estas normas no serán suficientes. 

Por esto, deja al hombre que actúe libremente. 

Conserva la sencillez.

Restringe el egoísmo y reduce los deseos."

Por tanto, podemos concluir que este libro milenario contiene en sus páginas toda una ascética y una mística que, en puridad, se entrelazan y se presentan como una perfecta simbiosis.


SUBIR A UNA TORRE EN PRIMAVERA

Otro aspecto a destacar, y que permanece inherente en los axiomas y aforismos del libro del Tao, es el cúmulo de necesidades entre las que los seres humanos se encuentran atrapados. Aquí se habla del desvalimiento y el desgarro de algunas criaturas, de la necesidad de protección por parte de la sociedad, de la importancia que damos al triunfo de los demás, puesto que con relativa frecuencia nos comparamos con nuestros prójimos, A este respecto, las páginas del "Tao teh King", describen con lirismo y ternura la reflexión solitaria de una persona muy sensible:

"Los hombres viven la vida como si disfrutasen de una gran fiesta.

O como si subiesen a una torre en primavera. 

Como un niño que no ha aprendido aún a sonreír.

Desamparado, sin hogar.

Los demás viven en la abundancia:

Sólo yo parezco necesitado.

Mi espíritu es el de un loco.

¡Tan confuso!

Los vulgares resultan brillantes:

Sólo yo parezco gris.
Los vulgares saben discernir:

Sólo yo parezco torpe.

Indiferente, como quien se oculta.

A la deriva, sin asidero alguno.

Todo el mundo parece tener algo que cumplir.

Sólo yo soy inepto y desmañado.

Sólo yo soy distinto.

Encuentro la paz en la Madre que me nutre."

Al parecer, y según las interpretaciones más aceptadas, el pesimismo que rezuma todo este capítulo, finaliza con la muerte que queda metafóricamente explicada en el último verso y equivale a la paz perpetua.


LO INTANGIBLE

No quedan agotadas, sin embargo, todas las definiciones -por decirlo de alguna manera, puesto que sabemos que el Tao no admite definiciones- que hace del Tao el libro del "Tao teh King". Hay, todavía, muchos pasajes que contienen sustanciosas reflexiones acerca de la verdadera naturaleza y cualidades del Tao; todo ello indica que, éste, es un concepto con amplio y exhaustivo significado y simbolismo:

"La virtud se manifiesta siguiendo a Tao.

Tao es a la vez invisible e intangible.


Invisible e intangible, pero tiene forma.

Invisible e intangible, pero posee sustancia. 

Sutil y oscuro, mas no carece de esencia.

Esta esencia se realiza en él invariable y fiel: en ella habita la verdad.

A través de los tiempos ha mantenido su pureza.

Y ha sido el origen de todo lo existente.

Cómo puedo conocer la relación con el origen de todo?

Por esto: (Tao)."


COMO VIVIR EN ARMONIA

En las páginas del libro que estamos comentando se hace también mención al poder o, más concretamente, a los poderosos y a los gobernantes. Por ejemplo, el capítulo diecisiete -que, por lo demás, guarda relación con el capítulo treinta y siete-, constituye, de por sí, una semblanza de quienes detentan el poder. No todos los soberanos tienen la misma consideración por parte de sus súbditos; aunque, para vivir en armonía, es mejor que no haya jefes: "Los hombres, libres de gobierno, vivirían en armonía."
No obstante, la historia de los distintos grupos humanos, tan violenta en ocasiones, muestra que es imposible constituirse en comunidad social, sin que se establezca antes el principio de jerarquización. De aquí que algunos textos de la obra que estamos reseñando contemplen la descripción de las formas de gobierno o el talante diverso de quienes detentan el poder:

"Los grandes jefes pasan inadvertidos.

Los menos grandes son adulados y queridos. 

Los menos aún, temidos.

Y los pequeños, despreciados.

Donde no hay fe, nada puede ser alcanzado por la fe.

Y entonces se recurre a las palabras."

Parece que los versos descritos no han perdido frescura ni realismo, puesto que a la descripción que hace de los soberanos, hay que añadir la importancia concedida al convencimiento por la propia creencia. Cuando uno no se encuentra predispuesto a creer, es inútil que se le intente convencer con palabras, pues, éstas, nunca lograrán despertar de su letargo a los ignorantes.


BUENOS MODALES

Hay muchos más aspectos importantes a destacar en el libro del "Tao teh King". Por ejemplo, en sus páginas se contempla, con cierta profundidad, el orden de prioridades en el ánimo de las personas y en la propia naturaleza. No hay que adelantar acontecimientos, ni forzar situaciones delicadas. Con la fuerza no se consiguen los mismos resultados que con la mansedumbre; puesto que cuando cesa aquélla las personas dejan de actuar como se les obligaba. Lo adecuado es dejar que todo se desarrolle de manera sencilla y espontánea, pues el empleo de la coacción para conseguir los fines propuestos van contra el Tao. Por otra parte, lo importante es conocerse a sí mismo, y obrar conforme a lo que uno siente. De este modo, también conoceremos a los demás y observaremos que actúan, ante nuestra presencia, de manera espontánea. Siempre hay que guardar para con los demás, los buenos modales, aunque mantengamos nuestras opiniones con entereza:

"El que conoce a los otros es hábil.

El que se conoce a sí mismo, sabio.

El que conquista a los otros es fuerte.

El que se conquista a sí mismo, poderoso.

El que sabe contentarse es rico.

El que mantiene su propósito es firme.

El que no se desvía, permanece.

El que puede morir, más no perece, tendrá longevidad."

De los versos anteriores podemos colegir que, en realidad, lo que más importa es conocerse uno mismo; tesis que, por lo demás, será asimilada también por los pensadores clásicos. Fue Séneca, el gran filósofo romano -que vivió del año 4 (a. C.) al año 65 (d. C.)-, quien acuñó la célebre frase: "Conócete a ti mismo".


VIDA EN SOLEDAD

El "Tao teh King" fue escrito por un personaje tan importante como Buda y Confucio; se llamaba Lao Tsé y había nacido en el seno de una familia campesina, aunque trabajó durante cierto tiempo como archivero de un príncipe de la época. Su máximo interés se centró en transformar la vida miserable que llevaban sus compatriotas del medio rural. Más, no parece que Lao Tsé consiguiera sus propósitos, por lo que, con bastante pesar se retiró a meditar, se ocultó en la espesura de los montes inaccesibles y construyó una cabaña para resguardarse del frío y la lluvia, y aislarse de sus semejantes. Legendarios relatos explican que, después de una larga permanencia en soledad, decidió abandonar aquella choza que había sido testigo de sus pensamientos y reflexiones. A lomos de un búfalo se trasladó hasta los territorios vecinos y llegó hasta el lado occidental de las fronteras del territorio de su príncipe; cuando cruzó las montañas se encontró con el gran maestro Buda, pero siguió su camino. En cuanto vislumbró a uno de los guardianes de la frontera, dice la leyenda que le entregó la obra que había gestado, y compuesto, en la más absoluta soledad. Y que contenía los cinco mil ideogramas que constituyen el contenido de los aforismos del "Tao teh King".
Algunos estudiosos de la historia y la mitología sostienen la tesis de que Lao Tsé no existió jamás, sino que fue un personaje de leyenda. En verdad que no se sabe mucho acerca de la figura de tan singular personaje pero, por ejemplo, se acepta que desarrolló sus doctrinas a partir del siglo cuarto antes de nuestra era. Se tienen pruebas y datos de su filiación -era hijo de un campesino- y se sabe que estuvo empleado, como ya hemos dicho, en el palacio del príncipe de su territorio.


EL DRAGON DEL RIO AMARILLO

En cuanto al "Libro de las Transformaciones o de los Cambios", más conocido popularmente por I - Ching, es un compendio del arte adivinatorio. Sus trigramas se hallan envueltos en leyendas atractivas y antiquísimas. La más conocida es aquella que explica que fue del emperador Fu Hi quien primero dibujó las dos variables de los trigramas, es decir, la raya continua (__) y la raya discontinua, o dos rayas (--). El soberano en cuestión paseaba por la ribera del río Amarillo cuando vio emerger de sus aguas un dragón enorme. Tenía su cuerpo recubierto de escamas blancas y negras, dispuestas en forma geométrica. Entonces, el Emperador, que consideró aquella aparición como una especie de premonición -puesto que el dragón estaba considerado por los orientales como un animal sagrado cargado de simbolismo-, plena de connotaciones emblemáticas, dibujó aquellas a modo de figuras, según creía él, y las adoptó como emblema. La raya continua pasaría a significar el elemento activo y masculino, mientras que las dos rayas simbolizaban el elemento femenino y lo pasivo. De las diferentes combinaciones, tomadas de tres en tres -trigramas-, se formarían las distintas figuras, hasta un número de ocho, que darían pie a utilizarlas para vaticinios, ensalmos, predicciones y magia. En los rituales llevados a cabo con tal método, se quemaban caparazones de tortuga -que era un animal relacionado, al propio tiempo, con principios contrarios y, muy especialmente con los símbolos de Tierra y Cielo-y, cuando éstos se resquebrajaban, producían figuras geométricas que se interpretaban conforme al código de los ocho trigramas esenciales, a saber:

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1.º ---------------------- 5.º ------------------------ 
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2.º ---------------------- 6.º ---------- ------------
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3.º ---------------------- 7.º ---------- ------------
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4.º ---------- ----------- 8.º ------------------------
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1.° Kien : su significación es cielo o aire (coacción).

2.° Kan : significa agua o elemento líquido (dificultades).

3.º Ken : equivale a montaña o elemento sólido (serenidad).

4.º Chan : significa elemento natural (inestabilidad).

5.º Ten: también significa elemento natural (huracán).

6.º Li : su significación es calor, fuego, claridad. 

7.º Kong : elemento tierra, símbolo de la pasividad.

8.º Doé : elemento acuoso (aguas profundas, serenidad).