Las conocidas
y famosas "Huaringas" son unas misteriosas lagunas que
se encuentran a 1.900 metros de altitud en la sierra de
Huancabamba y a 3.000 metros en la de Ayacaba. Alli se
guarda en ambas el legado de los maestros curanderos y
sacerdotes que alli se bañaban para purificarse. Como
bien sabes amable visitante, en todas las religiones los
sacerdotes han tenido siempre una constante "la
purificacion" en sus diversas formas. Pues bien, en
estos lugares aun se siguen conservando estas
ancestrales costumbres.Ellos son los
ultimos representantes de una teurgica sincretica que
pervive y sobrevive bajo el disfraz de un mestizaje
cultural e idiomatico que no puede dejar atras la vieja
creencia del nexo entre la vida espiritual y la salud
del cuerpo.Existe una
extraña y misteriosa pocima dentro de este legado o
patrimonio fitoterapeutico de los maestros curanderos
del pasado. Es la llamada "Trichocereus Pachanoi" que es
conocida como "San Pedro" y esta en un cactus. Se trata
de una especie mescalina.El famoso
"San Pedro" no tiene entre sus particularidades y
cualidades ningun valor nutritivo, pero si cualidades
diureticas y desinflamantes, lo que lo convierten en un
buen remedio para las fiebres, ictericia y ardores de
orina.Ademas el
chaman o curandero utiliza alguna mas de sus propiedades
derivadas de las reacciones que provoca (como de tipo
psicodelico o alucinogenas) para poder establecer un
diagnostico y curar la enfermedad correspondiente de la
que se tiene que curar al paciente.Las
cualidades de este cactus, nos vienen hoy en dia
demostradas no solo de la cultura oral o de antiguas
cronicas, sino reflejadas en bajorrelieves (uno en el
Templo de Chavin de Huantar), y asi se nos muestra a un
hombre de aspecto atigrado que lleva en sus manos el
citado cactus, por lo que queda claro y es una
fehaciente muestra del valor de la planta para los
antiguos peruanos, los cuales la asociaban a los
jaguares y seres mitologicos ya en los lejanos periodos
del llamado "Horizonte Temprano" (1000-400 a.C.) y del
"Intermedio Temprano" (400 a.C.-540 d.C.).Por otra
parte, algunas ceramicas de la Cultura Mochica, que
surgió en el norte en forma de una extraordinaria
orfebreria, nos muestran motivos similares en los que se
pueden reconocer algunos cactus sin espinas, los cuales
se convierten en felinos de rostro humano.Tambien se
tienen por parte del estudioso Larco Hoyle, una serie de
ceramicas de la "Cultura Lambayeque" que nos llevan a
los mismos datos y conclusiones, por lo que queda claro
que los mochicas estaban fuertemente familiarizados con
el uso "medicinal" del San Pedro.Este cactus
era cultivado cerca y en las inmediaciones de las
viviendas con el fin de que su proximidad a ellas fuera
propicio para que el espiritu de la planta protegiera a
los moradores de ellas. Y cuando llegaba el momento de
la recoleccion, esta se celebraba preferentemente en
plenilunio y de noche. Entonces se efectuaba un
misterioso ritual acompañado de rezos y canticos
destinados a pedir al poder que residia en la planta "El
San Pedro" que asistiera y favoreciera al curandero o
chaman para poder darle una "vision" para poder sanar a
la victima de la enfermedad.Este ritual
era muy misterioso y solo podian asistir a el los
iniciados y nadie mas, ya que si no a parte de que podia
revestir un -segun ellos- peligro para los profanos, no
surtia efectos y no servia para nada.Se decia en
tradiciones orales que cuando el ritual tenia efectos
positivos y el curandero lograba "conectar" con el
espiritu, la "vision" era la de un ser antropomorfo con
rasgos felinos que instruia convenientemente al
celebrante sobre los dominios de la enfermedad que se
procuraba sanar.
|