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EL BARON BIZA
UNA HISTORIA DE PASIÓN,
DE VIDA Y DE MUERTE
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El domingo 30 de noviembre
de 1986, el diario Clarín publicó el siguiente texto, suscripto por Jorge
Barón Biza -segundo hijo de Raúl Barón Biza y Clotilde Sabattini- en
relación con una ex~ tensa nota aparecida en este matutino, referida a tina
prolija investigación sobre la casi novelesca vida de su padre:
La excelente investigación periodística de Enrique Sdrech me obliga a
reflexionar sobre la diférencía entre el aspecto exterior de una tragedia y
su visión ínteríor
La violencia se presenta en nuestras vidas como una sorpresa ínmerecida,
excepcional La crónica recoge momentos sangríentos (le la vida de mia padres
-los momentos culminantes de una tragedia' y quedan entre líneas los días
con amor pero sin historia, sin las cartas cálidas de los primeros años, y
los largos esfuerzo posteriores que ellos hicieron para recomponer los
primeros tiempos felices.
Hay un filme de Trufláut que tiene como lema, ni contigo ni sin ti.. se debe
haber sido el espíritu que se apoderó (le Raúl Barón Biza y Clotilde
Sabattiní en los momentos finales (le si/ matrimonio
La separacion es un hecho impensable citando sólo hay amor es el recurso más
fácil cuando sólo hay odio.Pero es un engorroso desgarramiento personal
cuando el amor y el odio son uno mismo y confundido elemento pasional en
nuestro corazón.
He luchado con mi hístoria famíliar con la manera en que debo acomodar los
hechos para seguir viviendo. Procuré durante muchos años no decir una
palabra sobre el tenia. Después traté de espantar fantasmas, girando con
lupa y escarpelo en torno de vie y viejos episodios. Ahora sé que no ha.
izada que acomodar, ni ocultar, ni exhibir Que cada amor conserva sus
huellas propías, en las que están impresas más allá de las palabras, los
sentimiento,,;,- que éstos sólo son contradíctoriospara las palabras, pero
que permanecen firmes, poderosos e inexplicables mucho después de que
morimos
LA VERDADERA HISTORIA
Desde muchos kilómetros antes, los automovilistas que recorren la ruta que
une Alta Gracia con Córdoba sienten una especic de respetuosa curiosidad
ante esa raya vertical de granito y mármol. Preñada de extrañas sugerencias,
y simulando ser la gigantesca ala de un avión, señala el sitio en donde la
pasión de un hombre hizo construir un fastuoso sepulcro para la mujer que
más amó en si¡ vida. Es el monumento que Raúl Barón Biza hizo, levantar, en
los campos de una estancia que fue de su propiedad, a la memoria de su
esposa, Myriam Stefford, tina hermosa austríaca de veinticinco años que
hallé) la muerte en Marayes, provincia de San Juan, el 26 de agosto de 193
1, cuando su pequeño avion, "Chingolo II" se precipitó a tierra en momentos
en que llevaba a cabo su raid denominado Catorce Provincias.
Pero Barón Biza no se limitó a testímoniar su amor por la esposa muerta,
haciendo construir ese monumento (que tiene ochenta y dos metros de altura
y, una escalera caracol en su interior, con doscientos treinta y siete
escalones que llegan hasta la "punta del ala"). La Parte considerada---básica"del
monumiento no es otra cosa que una enorme cripta abovedada. Hay que
descender unos treinta escalones por tinos oscuros pasadizos para poder
llegar hasta el sepulcro donde descansan los restos de Myriam Stefford. Allí
no hay, luz eléctrica ni linternas. Un anciano que durante ¡nos montaba
guardia en el lugar facilitaba la curiosidad del viajero entregándole un
precario farol a querosene.
El sitio está cargado de reminiscencias faraónicas.
Una leyenda sobre el granito, estampada por el propio Barón Biza, advierte:
"Viajero, rinde homenaje con tu silencio a la muJer que, en su audacia,
quiso llegar hasta las águilas". Otra leyenda, sobre la misma losa que cubre
los restos de la aviadora, hace recorrer un escalofrío: La maldición caerá
sobre quien ose profanar esta tumba".
Aparentemente, esta inscripción no tiene un ápice de simbolismo o de
metáfora. Desde un primer momento se aseguró que Barón Biza, junto con los
restos de su mujer hizo enterrar todas sus joyas, entre otras el famoso
diamante "Cruz del Sur", cuyo costo total sería ' de varios millones de
dólares. Pero el polémico estanciero no se detuvo allí; habría hecho también
dinamitar todo el sepulcro, de manera tal que poderosos explosivos
estallarían no bien se pretendiera violar la gruesa puerta y pisar el
interior.
¿Leyenda? ¿mito? _>Exageración? ¿Creencia popular? Nadie lo sabe, pero lo
cierto es que en abril (le 197/ 5, un grupo de expertos, con el auxilio de
modernos equipos electrónicos, detectaron la presencia de ciertos "panes-
bajo el sepulcro. ¿Qué tiene de extraño que un personaje como Barón Biza
haya enterrado las joyas de su mujer junto a sus restos, colocando
explosivos?...Lo extraño sería si no hubiera hecho algo así", comentaron
gentes del lugar.
En el subsuelo del monumento, varios retratos al óleo de lit infortunada
Myriain Stefford -a la que Barón Biza conoció en Europa, más precisamente en
1929, durante una temporada del Lido de Venecia muestran su cautivante
belleza. El casco de la aviadora, el timón de la nave y el reloj de vuelo
descansaban en una pequeña vitrina, hasta que la rapiña de la gente se llevó
todo.
A las extrañas sugestiones que despierta el monumento y su sepulcro, se ¡e
debe agregar la ausencia de una cruz, lo que aparentemente fue obviado a
través de dos aberturas que se observan en el granito: una vertical y, otra
horizontal. Se trata (le (los ranuras o dos caladuras de mas de un
caentimetro (le alicho, con una longitud de un metro una y tinos treinta
centímetros la otra, que, a determinada hora del di,,¡ y según la posición
del sol, marcan una cruz perfecta que se refleja sobre la misma lápida.
Ese hecho, ese detalle, tal vez marque algo del perfil de ese hombre,
odiado, querido, despreciado, estimado, que se había iniciado en el
radicalismo y que, sin embargo, en 1930 fue revolucionario. Barón Biza
sufrió cárcel, y hasta exilio. Se batió a due en varias ocasiones y en la
década del 40 sus libros "El derecho a matar", "Punto Final" y Alma y carne
(te muñeca le valie las mas severas críticas, una admonición de la Iglesia y
el título de "amante de la pornografía" o "discípulo de Vargas vila"
En 1935 contrajo matrimonio con Clotilde Sabattini, hecho este que marco la
ruptura de un,¡ amistad personal que había mantenido con el padre (te su
flamante esposa, el prestigioso médico y dirigente radical Amadeo Sabattiní.
De este matrimonio nacieron tres hijos: Carlos, Jorge y María Cristina. El
29 de octubre de 1950 se produjo un gravísinio íncidente en la casa del
doctor Amadeo Sabattini, en Villa María (Córdoba), en el que resultó herido
de bala Alberto -herniano de Clotilde- y, el propio Barón Biza (quien luego
de permanecer un tiempo en el hospital fue llevado a lit cárcel de
Encausados).
Al llegar el doctor Arturo Frondizi a la presidencia de la Nacíón, designó
a_ la señora Clotilde Sabattini de Barón Biza para la presidencia del
Consejo Nacional de Educación, en mérito a los excelentes antecedentes que
poseía, enriquecidos con sus viajes a Europa con fines pedagógicos. Para ese
entonces, el matrimonio prácticamente no existía.
Se llegó así a mediados de agosto de 196~, cuando Barón Biza protagonizó un
hecho de ribetes, trágicos atentando contra quien había sido su segunda
esposa. Citó a la ex esposa a su departamento, y ella acudió a la cita
acompañada por sus dos abogados para finiquitar los trámites de su divorcio.
Barón Biza, solícito, preguntó a los visitantes si deseaban beber whisky
antes de entrar en detalles. La respuesta fije afirmativa Sirvió el primer
vaso par,,¡ tino de los abogados; entregó otro, al segundo; y luego se
acerco con un vaso lleno a su esposa, arrojándole el contenido
sorpresivamente,al rostro. Pero no era whisky: era ácido muriático. La mujer
lanzó un grito desgárrente y se llevó las manos desesperadamente a la cara.
Él emprendió una alocada carrera mientras los abogados hacían trasladar a
lit desdichada mujer al Instituto del Quemado, desde donde fue derivada a
una clínica particular. Fue sometida, con el tiempo, a muchas intervenciones
quirúrgicas pero no pudo reparar el daño producido por el ácido.
Por su parte, el 25 de octubre de 1978, Clotilde Sabattini, en el mismo
trágico departamento, después de una larga lucha contra la depresión y los
recuerdos, se suicido arrojándose por la ventana. Pocos meses antes habla
terminado su último trabajo importante un informe par,,¡ la UNESCO sobre las
condiciones laborales de la mujer en la Argentina.La historia no estaría
completa si no dijéramos cine Barón Biza retornó poco después del atentadoa
su departamento, para desgarrarse un tiro en la sien.
Las crónicas de la época señalaban que su cadáver fue conducido a la morgue
judicial, de donde no fue reclamado, "motivo por el cual se le dio sepultura
en el cementerio de la Chacarita Sin embargo, no fue así.
El mismo anciano que guía a los visitantes del mausoleo -cuyo abandono llama
la atención- se encargó de suministrar la última sorpresa respecto de este
personaje que acaparó tantas leyendas.
En los que fueran jardines del monumento, se levantó un monolito que lleva
empotrado el motor del "Chingolo II Un poco más allá, en terreno abierto,
llama la atención la presencia de un viejo olivo rodeado por un grosero
alambrado.
-¿Por qué protegen a ese olivo? -es la pregunta obligada.
-El alambre no está por el olivo -responde el anciano-; protege el lugar
donde está enterrado Barón Biza.
Distintas consultas en Alta Gracia y en la ciudad de Córdoba confirman que
Barón Biza jamás estuvo enterrado en la Chacarita y, que, silenciosamente,
sus restos fueron sepuItados debajo (le ese olivo, a metros de los de Myriam
Stefford. Con su primera esposa comparte la tierra; con la segunda, ese sino
trágico.
origen de datos:crimenes famoso por Enrique Sdrech
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