Hispania,
nombre por el que los romanos conocieron a la península Ibérica.
Llamada
por los griegos Iberia en alusión al río Iberus (Ebro actual), Roma
prefirió una palabra —derivada de una voz cartaginesa— alusiva a una
característica zoológica de estas tierras en la antigüedad: ser una
'tierra de conejos', que es lo que etimológicamente significa.
La
nueva denominación pervivió más allá del fin del Imperio Romano y por
evolución lingüística fue transformándose, primero en Spania y,
finalmente, en España (en castellano).
Inicialmente
el territorio fue dividido en 2 provincias: Hispania
Citerior (la más cercana geográficamente a Roma, que comprendía el
este y noreste peninsulares) e Hispania
Ulterior (la más alejada de la metrópoli). Durante doscientos años
no se cambió, excepto en los límites geográficos, acrecentados por las
conquistas (correspondiendo el centro y norte a la primera y el oeste y
noroeste a la segunda). Sin embargo, Augusto en el 27 a.C. dividió la
Ulterioren dos nuevas provincias —Lusitania, Bética— y llamó
Tarraconense a la Citerior. El
emperador Caracalla a comienzos del siglo III desgajó de la Tarraconense
la provincia Hispania Nova Citerior
Antoniniana —futura Gallaecia—, que comprendía el noroeste
peninsular. Su sucesor de principios del siglo IV, Diocleciano, creó la
Cartaginense (centro y este peninsulares, más las islas Baleares)
desgajada también de la Tarraconense. A fines del siglo IV las Baleares
pasan a ser provincia insular llamándose Balearica.
Por otro lado, el norte de África fue englobado en ese siglo como parte
de Hispania con el nombre de Mauritania Tingitana, con capital en Tingis
(actual Tánger). Consecuencia de todo ello, en el siglo V Hispania se
componía de 7 provincias.
La ciudad pacense de
Mérida, capital de la antigua
provincia de Lusitania y de la actual comunidad autónoma de Extremadura,
cuenta con una rica y abundante variedad de restos arquitectónicos
romanos, reflejo de su importancia durante la época de mayor esplendor
del Imperio. Aquí vemos el puente construido sobre el río Guadiana,
navegable en aquella época.
Archivo
Fotográfico Oronoz
Teatro romano de Sagunto
La ciudad valenciana de Sagunto (España), de origen
ibero, fue disputada por griegos y fenicios y jugó un destacado papel
durante las Guerras Púnicas que enfrentaron a Roma y Cartago. Convertida
en municipium de la Hispania
romana en el 214 a.C., aún hoy se pueden observar el circo, la necrópolis
y el teatro (en la imagen) construidos por Roma en este lugar.
Archivo
Fotográfico Oronoz
Hispania romana
Este mapa muestra la reorganización administrativa de
Hispania realizada en el año 27 a.C. por el emperador Augusto. La antigua
provincia de la Hispania Ulterior
fue dividida en dos nuevas circunscripciones, denominadas Lusitania y Bética,
mientras que la Hispania Citerior
cambió su nombre por el de Tarraconense.
©
Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
El acueducto de Segovia fue construido por el
arquitecto Cayo Julio Lacer durante el mandato del emperador romano
Claudio I, a mediados del siglo I d.C., para transportar agua a esta
ciudad. Sus monumentales arquerías alcanzan una altura máxima de 30
metros y el conjunto es considerado una de las más destacadas muestras
del arte romano en Hispania.
Porterfield-Chickering/Photo
Researchers, Inc.
origen de datos:enciclopedia encarta 2001
|