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NAUFRAGIO DEL ASSOCIATION

  Un grupo de rescate de la armada británica observa los arrecifes de Gilstone, en las islas Scilly, donde naufragó el Association, cargado de riquezas, en 1707. Un grupo de rescate de la armada británica observa los arrecifes de Gilstone, en las islas Scilly, donde naufragó el Association, cargado de riquezas, en 1707. El buque se encuentra a unos veinte metros de la superficie, entre las rocas, en una zona en la que docenas de navíos han encontrado su fatal destino. Varias monedas que forman parte del teso rescatado del Association con un valor apromado de un millón de dólan Aún no se ha encontrado el resto, que ascendeji a casi el doble. Quizá 1 robaron hace años los habitantes de las islas Scily o buzos provisto del correspondiente permiso en época más reciente. También es posible que continúe el fondo del mar.  
  Calavera encontrada en el Association, macabro recuerdo de los peligros del mar: no sólo vientos y olas, sino también actividades de piratas, raqueros y otros delincuentes. Estos objetos se encontraron en el Association en 1967 Esta obra de P. J. de Loutherberg (1740-1812) demuestra que las víctimas de un naufragio tenían que luchar contra algo más que las dificultades naturales para llegar a tierra. Los raqueros atacan a los supervivientes cuando el bote salvavidas alcanza la orilla a fin de librarse de los testigos del delito y robarles sus efectos personales. Este cuadro se encuentra en la Southampton Art Gallery, en Inglaterra.  

 

Tempestades, vientos, mareas, rocas y buques enemigos han sido los peligros de los mares desde que el hombre empezara a surcar sus aguas hace más de nueve mil años, pero de entre todos los riesgos que tuvieron que afrontar los navegantes hasta el siglo xix ninguno era tan temido y odiado como los terribles raqueros, hombres y mujeres que vivían en aldeas costeras y que redondeaban sus ingresos tendiendo trampas a los barcos que pasaban junto a sus costas para saquearlos.
En el siglo xviii, las costas meridional y oriental de Gran Bretaña, desde el cabo Cornualles hasta el de Wrath, en el norte de Escocia, fueron una de las guaridas de raqueros más importantes, así como la costa occidental de Irlanda, en que la población de aldeas enteras desafiaba la ley saqueando los barcos que naufragaban. Al otro lado del Atlántico, los habitantes de Nueva Escocia y Nueva Inglaterra también ejercían esta actividad, e inspiraron una de las leyendas más perdurables del mar, la del Palatine.
Según la tradición, la noche del 27 de diciembre de 1738 este barco fue atraído hacia los arrecifes de la costa occidental de la
Un grupo de rescate de la armada británica observa los arrecifes de Gilstone, en las islas Scilly, donde naufragó el Association, cargado de riquezas, en 1707. El buque se encuentra a unos veinte metros de la superficie, entre las rocas, en una zona en la que docenas de navíos han encontrado su fatal destino. isla de Block, cerca de la de Rhode, por los faros de unos raqueros que después de robar el cargamento del buque le prendieron fuego.
En los casos más inofensivos, los raqueros se conformaban con recoger lo que quedaba en las playas, aprovechándose de una forma bastante macabra de las desgracias que recaían sobre los barcos que pasaban junto a las costas en que ellos vivían. Pero muchos de ellos participaban activamente en los acontecimientos, apagando o moviendo las luces de aviso o utilizando lo que se denominaba «faros de Judas», unas linternas que se colgaban por la noche del cuello de animales que pastaban para confundir a los navegantes incautos.
Entre las hazañas más destacadas de los raqueros se cuenta el saqueo del Gossamer, clíper que llevaba un cargamento de té, cuando navegaba frente a las costas de Chivelstone, en Devon (Inglaterra), en diciembre de 1868. Cuando se dirigía a Adelaide, sufrió el embate de una tormenta en el canal de la Mancha, y como además el piloto estaba borracho, circunstancia que se descubrió más adelante, se acercó demasiado a la orilla y se estrelló contra las rocas. Antes de que llegaran la policía y la guardia costera, los raqueros de la zona habían despojado al barco de la mayor parte de su cargamento.
El naufragio del “Association”
Los raqueros también desempeñaron un papel terrible en la pérdida del Association y otros cuatro buques de la flota británica del Mediterráneo frente a las costas de las islas Scilly en octubre de 1707. La flota, al mando del almirante sir Cloudesley Shovell, Varias monedas que forman parte del teso rescatado del Association con un valor apromado de un millón de dólan Aún no se ha encontrado el resto, que ascendeji a casi el doble. Quizá 1 robaron hace años los habitantes de las islas Scily o buzos provisto del correspondiente permiso en época más reciente. También es posible que continúe el fondo del mar.transportaba lingotes de oro y plata por valor de tres millones de dólares. A pesar de la advertencia de un marinero, que fue colgado del palo mayor por insubordinación, Shovell estaba convencido de que se encontraban cerca de Bretaña y no de la Outer Gilstone Rock, una zona de arrecifes en la que muchos otros buques habían sido víctimas de los raqueros. Los cinco navíos zozobraron. Se cree que Shovell logró llegar a tierra, pero que unas mujeres le descubrieron en la costa y lo estrangularon para robarle sus joyas.
Lo que le ocurrió al Association a continuación es una historia de misterio y problemas burocráticos. En un mapa fechado en 1740, los arrecifes en los que naufragó este buque se denominan Rocas de Shovell, pero posteriormente cambiaron el nombre quizá los propios habitantes de la región, deseosos de ocultar la situación exacta del lugar en que había ocurrido el naufragio y de apoderarse de las riquezas que albergaba el navío. También es posibleque fuera la poderosa familia Godolphin, dueña y señora de las islas Scilly desde 1571, la que ordenara el cambio de nombre y destruyera las pruebas para apropiarse de las riquezas y no tener que entregárselas a la corona británica.
Rescate a repartir entre todos
En 1967, un grupo de submarinistas de la Armada Real —propietarios titulares del Association y su cargamento— localizaron el navío hundido, pero las operaciones de rescate submarino se encontraban aún en pañales y no se habían dictado normas sobre el método a seguir para llevarlas a cabo. Desde el principio se dio mucha publicidad a los hallazgos, entre los que había monedas de oro y plata y cañones de bronce. Además del de la Armada Real, se había concedido permiso a otros dos grupos para investigar los restos del navío.
Otros buscadores de tesoros no fueron tan escrupulosos en el cumplimiento de las normas, y en un momento dado resultó que había no menos de cinco grupos intentando rescatar el Association, además de una población cambiante de buzos por cuenta propia que guardaban lealtad a uno u otro grupo según les conviniera o que actuaban independientemente. Pocos se molestaron en declarar sus hallazgos, a sabiendas de que, si lo hacían, la corona británica reclamaría al menos una parte de su valor. Según cálculos fidedignos, las riquezas que se recuperaron ascendían a casi un millón de dólares, o aproximadamente un tercio del cargamento original, y en su mayor parte fueron a parar a manos de particulares. Eso significa que aún podrían quedar unos dos millones de dólares en los alrededores de Gilstone Rock, pero nadie sabe de cuánto se habrán apoderado los raqueros en los últimos doscientos cincuenta años bien sea actuando por cuenta propia o por la de sus amos, los Godolphin.