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EL HOLANDES ERRANTE

UN TESTIGO PRESTIGIOSO

ERRANTE POR SIEMPRE

VEHICULOS VENIDOS DEL MAS ALLA

ALGUNAS  REAPARICIONES DEL HOLANDES

LA BACCHANTE Y EL HOLANDES ERRANTE

REPRESENTACION DE LA OPERA D WAGNER  EL BUQUE FANTASMA

EL BUQUE FANTASMA GRABADO DE LA EPOCA

EL REY JORGE V  TESTIGO DE LA APARICION DEL HOLANDES HERRANTE

A lo largo de la historia del mar, naves que zarparon hacia destinos lejanos han naufragado, vencidas por ¡as fuerzas de la naturaleza. Algunas no han ido a parar en el inmenso cementerio de las profundidades y continúan surcando incansablemente los mares. El Holan&s errante forma parte de esta flota espectraL

  Un testigo prestigioso

  El duque, entonces de dieciséis años, navega como alférez de la Royal Navy, a bordo de la Baccbante, que da vuelta al mundo. En la noche del once de julio del año 1881, mientras la nave se encuentra a la altura de las costas australianas, una luz brilla repentinamente en la oscuridad y, a doscientos metros más o menos, surge cortándole el camino un bergantín rodeado de un halo rojizo siniestro. Los mástiles y las vergas del buque fantasma se destacan claramente en esta extraña luz fosforecente. El alférez de turno es enviado inmediatamente al castillo de proa, pero el buque ya había desaparecido misteriosamente en la noche clara y el hombre no pudo ver nada. El duque de York y doce miembros de la

tripulación fueron los incrédulos espectadores de este extraño fenómeno. El futuro Jorge V estaba persuadido de haber visto al célebre Holandés errante, aun cuando el tipo de barco no correspondía realmente. Esa misma noche, cuentan que el marinero que fue el primero en ver la nave espectral cayó de uno de los mástiles y se mató. Algunas semanas después, murió el almirante de la flota. Para algunos, estos hechos dramáticos estarlan relacionados con la extraña visión, a la que no se ha encontrado ninguna explicación .

  Errante por siempre

  La leyenda del buque fantasma comandado por un "holandés errante" tiene su origen en el siglo XVII, pero valla según las versiones. En una de ellas, el comandante del barco ‑el "holandés"‑ sería un capitán llamado Barent Fokke avecindado en Anisterdam hacia el año 1650. Es célebre entre los marineros por sus arranques de cólera y sus orgías. Su barco es el más veloz de todos; hace el viaje entre Ainsterdam y Batavia en sólo tres meses, hazaña excepcional para la época y, para muchos, sólo explicable por una intervención del diablo. Así, cuando desaparece en el mar, nace la tradición que le hace recorrer para siempre el océano, como maldición por haber hecho un pacto similar al de Fausto. En otras versiones, el triste héroe de la leyenda es el capitán Van der Staten, quien padece el mismo castigo por haber zarpado un Viernes Santo. Pero la leyenda más difundida pone en escena al capitán Van der Decken, quien navegaba a bordo de su barco desde Holanda hacia las Indias Orientales, cuando una violenta tempestad estalló a la altura del cabo de Buena Esperanza. Confiado en sus dotes de navegante y a pesar de las súplicas de su tripulación, Van der Decken reta con arrogancia al Todopoderoso que trate de hacerlo zozobrar. Escapa del naufragio pero, en castigo por su blasfernia, es condenado a navegar eternamente por los mares...
La historia fue transmitida oralmente durante siglos, antes de que el poeta alemán Heinrich Heine la pusiera por escrito en 1830. En esa versión, el marino errante es liberado de su maldición por el amor de una mujer que Holandés errante

  En 1887, la tripulación del buque norteamericano Oi~on que hacía ruta de San Francisco a la China, divisa un antiguo velero de tres palos alumbrado por una extraña luz blanca. La nave se acerca un instante y desaparece de repente, en el instante en que unas nubes tapan la luz de la luna. Aunque está soplando un viento muy violento, lleva todas sus velas desplegadas. En 1939, un barco similar es visto desde tierra fírme por un centenar de personas que se encontraban en una playa de Africa del Sur, al sureste del Cabo, La nave, que tiene siempre todas sus velas desplegadas, cruza velozmente el mar, aun sin brisa, y desaparece misteriosamente en un instante. En 1942, en Mouílle Point, cerca del Cabo, se divisa una vez más la antigua silueta del extraño velero de tres palos mientras se acerca a la bahía. De ahí en adelante, sus apariciones se espacian. La era de los barcos modernos parece haberle dado un golpe fatal a un cierto romanticismo del mar.

Vehículos venidos del mas alla

  Los barcos no tienen el monopolio de los medios de transporte que se sospecha vuelven a rondar el mundo de los vivos. Gran Bretaña parece estar particularmente adelantada en la materia...
Fantasmas aéreos. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, los vecinos del aercipuerto de Beggin Hill, en Kent, aseguran haber visto varias veces un caza Spitfire, que pareciera volver de una salida contra la Luftwaffe, pasar en vuelo rasante antes de realizar un tonel de la victoria y desaparecer enseguida.
Malas compañías en la carretera... En 1936, testigos de un accidente fatal en Londres aseguran, frente a una corte de justicia, que el conductor se mató al chocar contra un muro por tratar de esquivar un autobús fantasma que avanzaba sin conductor. Este ya era conocido en el vecindario por bajar a toda velocidad, temprano en la mañana, por la calle Cambridge Gardens. Durante el invierno de 1940, un hombre llamado Georges Dobbs, que vivía cerca de Norhampton, dice haber chocado con un ciclista después de darse cuenta de que éste no tenía cabeza. Pero no hubo ningún golpe: el ciclista decapitado habría seguido su curso, como si nada hubiera pasado, antes de desaparecer con su bicicleta. El tren de la muerte. La más extraña historia es, sin duda, aquella del tren fantasma en Estados Unidos. En 1865, el tren funerario de Abraham Lincoin paró ocho minutos en cada una de las estaciones de su recorrido para que la población pudiera rendir un último homenaje al presidente asesinado. Después de algún tiempo, un tren fantasma, drapeado de negro y transportando el ataúd del presidente, fue visto en el mismo recorrido. Al sonido de una música fúnebre tocada por una orquesta de esqueletos... Y en cada estación, los relojes se habrían detenido exactamente ocho minutos.

La Bsechante y el Holandés errante

  A las cuatro de la mañana, un bogantín pasó por nuestra proa, como a cientos metros rumbo a nosotros. Una ~afta luz roja alumbraba el mástil, elpuente y las velas. El hombre de la s~la lo señala desde la proa, también lo hace el teniente de guardia. Un aVérezfue enviado a la vigía pero, esta vez, no vio ningún rastro o signo de un navío real. Trecepersonasfueron testigos de la aparición. La noche estaba clara y el mar tranquilo. El TouniWine y el Cleopatre, que nainaban por estribor delante de nosotros, preguntaron por señak sí es que habíamos visto la extraña luz roja. "

  Bitácora de la Bacchante.

A lo largo de la historia del mar, naves que zarparon hacia destinos lejanos naufragaron, vencidas por las fuerzas de la naturaleza. Algunas no fueron a parar al inmenso cementerio de las profundidades y continúan surcando incansablemente los mares... y el siguiente barco forma parte de esta flota espectral.